La India, la mayor democracia del planeta, recupera la ley que castiga las prácticas homosexuales
Con fecha 2 de julio de 2009, el Tribunal Superior de Delhi había repudiado la sección 377 (delitos contra natura) del Código Penal de la India. Era una ley que se remontaba a la época colonial británica. Establecía que el sexo que ocurre en privado entre dos adultos que consienten no era un delito penal. Hasta entonces, los actos homosexuales podían llevar a condenas de hasta 10 años de cárcel (o a cadena perpetua en casos considerados de especial gravedad, ligados a pederastia, coacciones, etc...).
La India no es un país irrelevante ni una dictadura: se trata de la mayor democracia del mundo, con 1.240 millones de habitantes (la Unión Europea, sumando a Croacia, recién incorporada, apenas tiene 510 millones). Y tiene una democracia más estable y antigua que, por ejemplo, España: lleva desde 1950 convocando elecciones con voto universal y una Constitución. No es un país que quiera recibir muchas lecciones del extranjero. También es uno de los países más religiosos del mundo.
La sentencia que vuelve a criminalizar los actos homosexuales ha sido recibido por los lobbies del homosexualismo político con gran enfado y algunos han señalado a "las organizaciones religiosas, islámicas y cristianas" de haber presionado para que así fuese.
Pero lo cierto es que ambas religiones son minoritarias en la India y de hecho el cardenal Oswald Gracias ha recordado que la Iglesia se opone a dar reconocimiento legal a las uniones del mismo sexo, pero no hace campaña por criminalizar a las personas homosexuales.
En declaraciones a la agencia católica AsiaNews el cardenal Gracias ha afirmado, como arzobispo de Mumbay y presidente de la Conferencia Episcopal de la India, que "la Iglesia Católica nunca se ha opuesto a la descriminalización de la homosexualidad, porque nunca hemos considerado a los homosexuales como delincuentes".
"Como cristianos -insitió el cardenal Gracias a AsiaNews -expresamos nuestro pleno respeto a los homosexuales. La Iglesia Católica se opone a la legalización del matrimonio gay, pero enseña que los homosexuales tienen la misma dignidad de todo ser humano y condena todas las formas de injusta discriminación, acoso o abuso", añadió, citando casi palabra por palabra el catecismo.
De hecho, quien presentó el recurso en el Tribunal Suupremo fue el Partido Bharatiya Janata (BJP), de ultra-nacionalistas hindúes, que consideran anti-India las religiones "extranjeras" como el cristianismo y el islam, y patrióticas el hinduísmo y las muy minoritarias jainismo, zoroastrismo o budismo.
Para el BJP los actos homosexuales son "ilegales, inmorales y contrarios a la ética de la cultura india".
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