«Dios no es neutral, está de parte de las personas más frágiles, discriminadas y oprimidas»
La Iglesia es un Pueblo que sirve a Dios y que vive de la libertad donada por Dios. El servicio a Dios se realiza en la oración, la adoración, el anuncio del evangelio y testimonio de la caridad. Y el icono de la Iglesia es el de la Virgen María que después del anuncio del ángel parte con prisa a servir a su prima anciana. El Papa dijo que de esto la Iglesia aprende a ser cada día sierva de Dios asistiendo rápidamente a los que tienen necesidad.
“Todos estamos llamados a vivir el servicio de la caridad en la realidad ordinaria, la caridad de todos los días. El testimonio de la caridad es la vía maestra de la evangelización” expresó.
El Obispo de Roma animó a todos a perseverar en este camino, sirviendo a Dios en el servicio a los hermanos y difundiendo por todas partes la cultura de la solidaridad. Tenemos tanta necesidad de esto frente a tantas necesidades materiales y espirituales, sobre todo frente a la plaga de la desocupación que necesita tanto esfuerzo y coraje de parte de todos.
Es necesario poner la dignidad de la persona humana al centro de toda prospectiva y de toda acción. Los otros intereses –aunque sean legítimos- son secundarios afirmó el Papa.
Por esto la Iglesia es el pueblo que experimenta la liberación del Señor y vive en esta libertad que él le dona –explicó Francisco. “La libertad, sobre todo, del pecado, del egoísmo en todas sus formas. “La libertad de entregarse y de hacerlo con alegría, como la Virgen de Nazaret, que es libre de sí misma, no se repliega sobre su condición, sino que piensa en aquel que en ese momento tiene más necesidad”.
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