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Dolor en los funerales por la tragedia de Cieza: el obispo Lorca Planes invita a refugiarse en la fe

De 11 a 12.30 de la mañana de este lunes 10 de enero han tenido lugar los primeros funerales a los que asisten el Rey Felipe y la Reina Letizia como monarcas, los de 13 de las 14 víctimas mortales del accidente de autobús en la localidad murciana de Cieza. Faltaba sólo el párroco del pueblo, en el que llevaba pocos meses, que será enterrado en su propia población de origen, Espinardo.

El obispo de Cartagena-Murcia, José Manuel Lorca Planes, agradeció a los reyes su asistencia y animó a las familias y amigos de los fallecidos, todos parroquianos del pueblo de Bullas, a refugiarse en el consuelo de la fe. En su oración leyó uno a uno el nombre de cada fallecido.


La imagen de la patrona de Bullas, Nuestra Señora del Rosario, y los estandartes de las cofradías y hermandades de Semana Santa presidieron el palco instalado en el pabellón, rodeado por completo de coronas de flores y a cuyos pies se instalan los trece ataúdes con los restos mortales.


También el Papa Francisco hizo llegar su pesar y su tristeza por las víctimas y transmitió su «cercanía espiritual» a los familiares, pidiéndoles «fortaleza de espíritu" para superar estos momentos. El Papa envió su mensaje a través del Nuncio en España, Renzo Fratini, al obispo de Cartagena.


Los Reyes llegaron acompañados por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y por el presidente de la Comunidad, Alberto Garre. Saludaron a su entrada al obispo. Iban vestidos de riguroso negro de luto. El funeral comenzó después de que los reyes dieran el pésame a cada familiar, y finalizó cuando el obispo roció con agua bendita los 13 féretros.


La agencia Efe señala que durante la misa varias personas tuvieron que salir del pabellón abrumadas por el dolor. Incluso una de las voluntarias necesitó la ayuda de sus propios compañeros. Casi todos en Bullas tenían alguna relación con alguna de las víctimas. El pueblo ha decretado 3 días de luto oficial.


Pedro Fernández Martínez, marido de una de las supervivientes, contó a EFE fuera del pabellón que poco antes del accidente su mujer escuchó un «clac clac» y luego sólo recuerda que salió por un hueco del autobús ilesa.


Los fallecidos y heridos regresaban de Madrid, de una peregrinación que la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Bullas realiza todos los años al Cerro de los Ángeles (diócesis de Getafe, cerca de Madrid), donde se encuentra el convento de las Carmelitas Descalzas que fundó Santa Maravillas de Jesús, a la que venían de venerar.


Se trataba de una peregrinación que se realizaba cada año, muchos peregrinos era jóvenes, y también lo era el párroco, de 36 años, que peregrinaba por primera vez porque sólo llevaba desde septiembre al frente de la parroquia.


El autobús, según la empresa propietaria, acababa de pasar la ITV. El conductor, al que no se le han detectado rastros de alcohol o drogas, ha sido imputado por homicidio. La investigación apunta como causa el exceso de velocidad.



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