Mis memorias de África: Navidades negras
A nuestros misioneros les faltan tantas comodidades, recursos y herramientas, pero al dejarse la piel por estos hermanos, reciben como pago la alegría de ver que Dios hace milagros, que pone nombre a la esperanza, que las personas crecen y maduran al amparo de la gracia del Señor y con la compañía de una Iglesia que la sienten como su casa.
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