«La asistencia y oración por los enfermos es parte fundamental de todo cristiano», afirma Francisco
El Santo Padre llegó en el jeep abierto que le llevó en medio de los peregrinos que allí se encontraban. Francisco saludaba con la calidez que le caracteriza y bendiciendo en particular a algunos pequeños y enfermos. Los peregrinos llegados desde los países más distantes manifestaban su entusiasmo y agitaban sus banderas.
El día relativamente cálido de este final de primavera en Europa, hizo que la plaza se adornara con cientos de coloridos paraguas que servían para protegerse del sol.
Después de la catequesis el Papa leyó en español la síntesis de la misma.
“Queridos hermanos y hermanas, en la catequesis de hoy tratamos sobre la enfermedad, que es una experiencia común en la vida de las familias. En muchas partes del mundo, donde el hospital es todavía privilegio para unos pocos, la familia se considera desde siempre como el ´hospital´ más cercano, donde gracias a sus cuidados amorosos, se garantiza al enfermo la atención y ayuda necesaria.
Los Evangelios nos narran muchos encuentros de Jesús con los enfermos y su voluntad de sanarlos. Cristo lucha contra la enfermedad y cura al hombre de todos sus males. Esta es también la misión que ha dado a su Iglesia: hacerse cargo de los enfermos, hasta sus últimas consecuencias, siguiendo su ejemplo. Por eso, la preocupación, la asistencia y la oración por los enfermos forman parte fundamental de la vida de la Iglesia y de todo cristiano.
En la familia es importante educar a los hijos desde pequeños para que sean sensibles y solidarios ante la enfermedad. Asimismo la comunidad cristiana tiene que acompañar a las familias para que vivan la enfermedad desde una perspectiva de fe, de oración y de cercanía afectuosa”.
El Santo Padre concluyó esta lectura saludando “a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, República Dominicana, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Pidamos al Señor para que con su gracia la enfermedad sea una ocasión de fortalecimiento de los vínculos familiares. Y que las familias puedan vivir los momentos difíciles del dolor y del sufrimiento, sostenidas por la cercanía y oración de la comunidad cristiana. Muchas gracias”.
A continuación el obispo de Roma se quedó saludando primero a diversos prelados y después a grupos de personas y peregrinos, mientras se escuchaba a grupos corear ´viva el Papa´ y el nombre de Francisco.
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