¿Cómo le hace el Papa para convocar a tantos?
El papado, como institución, no es un invento, algo casual, pues tiene hondas raíces bíblicas que explican su naturaleza. Es necesario contar con una cabeza visible, alguien que acompañe los diferentes procesos de las comunidades cristianas que se encuentran presentes en los cinco continentes. Además de ser una voz significativa en el ámbito internacional para hacer propuestas y, en algunos casos, mediar directamente a través de la diplomacia vaticana. Las personas a las que les causa conflicto la autoridad del Papa, deben estudiar más a fondo el evangelio, pero también usar la lógica, porque sin una autoridad a gran escala, ¿cómo podría avanzar la Iglesia?
El Espíritu Santo, invisible a nuestros ojos, pero visible a partir de los efectos que produce en el mundo, se vale del Papa como instrumento. Aquel pincel en las manos de Dios del que hablaba frecuentemente la M. Teresa de Calcuta. En los últimos años, hemos contado con papas entrañables, marcados por la congruencia y eso se debe a la ayuda constante de Jesús, pues la Iglesia, antes que nuestra, es suya. Nos la comparte, involucrándonos como miembros dentro de ella, pero si bien es cierto que nos toca cuidarla con especial atención, a final de cuentas, él también sabe suscitar personas calificadas o, mejor dicho, santas, para reformarla cada vez que parece extraviarse definitivamente. Entonces, nunca hay que perder la esperanza, sino seguir adelante. Confiemos en la autoridad del Papa y dejémonos acompañar por sus palabras.
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