El Doodle de Google homenajea al Reloj de Praga, ejemplo de la armonía medieval entre ciencia y fe
Se trata de una refutación grande y vistosa de la idea de que los cristianos medievales eran fanáticos religiosos hostiles a la ciencia: por el contrario, con sus 12 apóstoles, sus figuras alegóricas, su complejo mecanismo y gran tamaño muestra que el espíritu medieval era inquieto, creativo, emprendedor y compaginaba fe y tecnología sin mayor dificultad. Y era especialmente así en lo que atañe a la astronomía, ciencia preferida de muchos sacerdotes a lo largo de la historia.
La Muerte da la vuelta a su reloj de arena. Los doce apóstoles, que aparecen en las ventanas del reloj, arrancan su habitual procesión y uno de los anillos señala la casa del zodíaco en la que se encuentran el sol y la luna. Abajo, en los adoquines, veintisiete cruces blancas recuerdan a los nobles que fueron ejecutados en 1621 por oponerse al Gobierno de Fernando II. Hay fiesta en la Plaza Vieja de Praga porque se cumplen 605 años del -con permiso de la cerveza pilsen- icono checo por excelencia.
La salida de los apóstoles se puede ver cada hora desde las nueve de la mañana a las once de la noche. Sin la algarabía que desata el cumpleaños, la escena del reloj astrómico de Praga lleva repiéndose, día tras día, desde hace 400 años. Sin las aspas en el suelo, seis siglos.
Durante todo este tiempo, los checos cruzan los dedos cada vez que se adentran en el barrio más antiguo de su capital y se acercan al ayuntamiento de su Ciudad Vieja porque una leyenda asegura desgracias si se para el reloj.
Viven los que dan crédido a esta leyenda con el corazón en un puño, pendientes de un antiquísimo mecanismo que, sin embargo, se encuentra en plena forma.
El miedo de que pudiese construir una obra de ingeniería similar para algún otro país centroeuropeo se adueñó de la clase social más poderosa de Praga. A continuación, le quemaron los ojos.
Hanus se desangró y murió allí mismo, pero el reloj sobrevivió. Su recuperación no fue rápida ni tampoco sencilla. Dice la leyenda que desde entonces, cada vez que se para, una desgracia suele azotar a la ciudad.
Vídeo en YouTube con motivo de los 600 años del reloj astronómico de Praga
Más abajo está el esqueleto con un reloj de arena como símbolo de la medición de toda la vida. A su lado la figura de Turk, que se representa junto a un laúd, símbolo de la extravagancia y el placer en el sentido de la depravación humana.
Al otro lado del reloj está el hombre vanidoso como símbolo de la vanidad de la humanidad.
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