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El mundo necesita «una inyección de espíritu de familia», dice el Papa en su audiencia del miércoles

«»El Santo Padre Francisco se ausentó de los trabajos del Sínodo de los Obispos sobre la familia, durante la mañana del miércoles, para celebrar la audiencia general en la plaza de San Pedro.

Como cada semana, miles de personas han acudido para saludar y escuchar las palabras del Pontífice. El papamóvil pasó por los pasillos de la plaza para que el Papa pudiera ver más de cerca a los peregrinos que, entusiasmados, se acercaban para pedirle la bendición y, quienes lo conseguían, decirle unas palabras.

La catequesis de este miércoles ha querido dedicarla a reflexionar precisamente sobre los temas que se están abordando en el Sínodo, inaugurado en Roma el pasado día 4 y que concluye el 25 de octubre.

De este modo, en el resumen hecho en español por el Santo Padre, recordó que “el pasado domingo comenzó el Sínodo de los Obispos con el tema «vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo». La familia requiere toda nuestra atención y cuidado, y el Sínodo debe responder a esta solicitud”.

Del mismo modo, aseguró que “los hombres y mujeres de hoy necesitan una inyección de espíritu de familia. Ante el débil reconocimiento y apoyo a la persona en las diversas relaciones sociales, la familia abre una perspectiva más humana, que permite establecer vínculos de fidelidad, sinceridad, cooperación y confianza”.

Y añadió: “enseña a honrar la palabra dada, a respetar a cada persona y a comprender sus límites. Brinda una atención insustituible a los miembros más pequeños, vulnerables, heridos y devastados en su vida”.

Para la Iglesia --prosiguió Francisco- el espíritu de familia es como su carta magna: la Iglesia es y debe ser la familia de Dios. A través de ella, Jesús pasa de nuevo entre nosotros para persuadirnos de que Dios no nos ha olvidado.

Al concluir, el Pontífice señaló que “a través de la familia la Iglesia sale de nuevo a pescar para evitar que los hombres se ahoguen en el mar de la soledad y la indiferencia. Que el entusiasmo de los Padres sinodales, animados por el Espíritu Santo, de renovado impulso a la Iglesia echando de nuevo las redes confiando en las palabras del Señor”.

A continuación, el Papa saludó cordialmente “a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España y Latinoamérica”. E invitó a todos “a invocar la intercesión de Nuestra Señora del Rosario por los trabajos del Sínodo”.

Después del resumen de la catequesis en las distintas lenguas, el Santo Padre dirigió un saludo particular a monseñor Vincenzo Paglia y los colaboradores del Pontificio consejo para la Familia, y les dio las gracias por el “compromiso en la organización del VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia”.

Finalmente, dirigió un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que hoy celebramos la memoria de la beata Virgen María del Rosario, deseó a los jóvenes que “la esperanza que habita el corazón de María os infunda valentía frente a las grandes elecciones de la vida”.

Del mismo modo, para los enfermos pidió que “la fortaleza de la Madre a los pies de la cruz os sostenga en los momentos más difíciles”. Y para los recién casados, pidió que “la ternura materna de Aquella que ha acogido en el vientre a Jesús acompañe la nueva vida familiar que acabais de comenzar”.

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