El obispo Gallegos
Religión en Libertad
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La diócesis de Sacramento, en California, recogió un informe de más de mil páginas, resumiendo los testimonios de más de cien personas sobre la vida virtuosa del obispo Alfonso Gallegos (1931-1991) y recopila favores celestiales y curaciones que se atribuyen a su intercesión.
Al final del proceso diocesano de la causa de beatificación de Gallegos, que fue obispo auxiliar en Sacramento desde 1981 hasta su muerte en accidente de tráfico en 1991, entregó el informe en la Oficina de las Causas de los Santos en el Vaticano. El pasado 17 de marzo de 2016, la comisión teológica de la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma, aprobó la relación sobre su vida, virtudes heroicas y fama de signos de santidad. Una familia numerosa y religiosa Desde niño tenía una miopía tan aguda que corría siempre el riesgo de perder la vista completamente, y eso le dificultó al principio entrar en los agustinos recoletos. Su falta de visión, por ejemplo, le impedía rezar la Liturgia de las Horas con sus hermanos de congregación, pero la escuchaba con devoción y rezaba con piedad y frecuencia el rosario Con buen humor, entre las bandas latinas El obispo Gallegos, una vez nombrado auxiliar de la diócesis de Sacramento, comenzó «una labor de dedicación intensa a la gente de Sacramento, especialmente entre los emigrantes, los diversos grupos minoritarios, los pobres y los jóvenes», dice una biografía del obispo Gallegos. También fue, según sus biógrafos «paladín de los no nacidos y no deseados» y destacó por su incansable y esperanzada militancia provida. Niños curados, cegueras que desaparecen Dijo al Bee que un presbítero agustino recoleto vino a la cabecera de la cama de la niña moribunda, puso en la incubadora una estampa con la imagen del obispo Gallegos, bautizó a la niña y envolvió su cuerpo en la estola del obispo. La criatura, llamada Angélica, «es ahora una niña sana y feliz», dijo Zapata al periódico. «Sé que él escuchó nuestras plegarias». Sara Sevilla, de quince años, nacida en Oxnard, dijo al Bee que era casi ciega y que la intercesión del obispo Gallegos le devolvió la vista hace un año: «Mi familia y yo rezamos, pidiendo su ayuda. Empecé a sentir calor en todo mi cuerpo y entonces recuperé la vista». Su cuerpo descansa en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (guadalupe-sacramento.org), en Sacramento, donde muchos fieles hispanos acuden solicitando su intercesión. |
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