De la curiosa historia del villancico "O Tannenbaum"
Bonita historia la de este villancico, uno de los más conocidos en el mundo entero, -quizás el segundo después del celebérrimo “Noche de paz”-, cuya vinculación con la Navidad, sin embargo, está bastante cogida de un hilo, como pueden ver Vds. por la traducción al español de su letra, la cual habla del abeto y nada más.
Letra original |
Traducción al alemán |
O Tannenbaum, o Tannenbaum
Wie grün sind deine Blätter Du grünst nicht nur, zur Sommerzeit Nein auch im Winter wenn es schneit O Tannenbaum, o Tannenbaum Wie grün sind deine Blätter O Tannenbaum, o Tannenbaum Du kannst mir sehr gefallen Wie oft hat schon zur Winterzeit Ein Baum von dir mich hoch erfreut O Tannenbaum, o Tannenbaum Du kannst mir sehr gefallen O Tannenbaum, o Tannenbaum Dein Kleid will mich was lehrer Die Hoffnung und Beständigkeit Gibt Mut und Kraft zu jeder Zeit O Tannenbaum, o Tannenbaum Dein Kleid will mich was lehrer |
Oh abeto, oh abeto Qué verdes son tus hojas Tú siempre estás verde en verano pero también en invierno cuando nieva Oh abeto, oh abeto Qué verdes son tus hojas Oh abeto, oh abeto Cuanto puedes gustarme Cuan a menudo ya en el invierno Un árbol como tú me alegra Oh abeto, oh abeto Cuanto puedes gustarme Oh abeto, oh abeto Tu vestido es como un profesor para mi Esperanza, resistencia Dan coraje y fuerza en todo momento Oh abeto, oh abeto Tu vestido es como un profesor para mi |
Lo que nos obliga a aceptar que, a pesar de su gran antigüedad, de la que vamos a tener ocasión de hablar, sólo se une a las celebraciones navideñas a medida que lo va haciendo la costumbre de adornar árboles con bolitas y otros aperos durante el período navideño. Bonita historia, la de la costumbre de poner árboles de navidad, que puede Vd. conocer con todo detalle sin más que pinchar aquí, en la que no me voy a extender aquí pues es un tema que ya tratamos en otra Navidad.
La melodía de “O tannenbaum” se remonta en sus más iniciales orígenes conocidos al s. XVI, en que aparece ya, con una sonoridad claramente folclórica y popular pero prácticamente idéntica a la que hoy conocemos, en una colección de canciones recopilada por el compositor renacentista alemán nacido en Zittau, Melchior Franck (1579-1639), de religión protestante y prolífico autor de música eclesiástica.
En su actual estructura, con la letra que hoy se canta e indisolublemente unido al árbol de navidad, y a través de él, a la navidad misma, su autoría se ha de atribuir al poeta y músico alemán Ernst Anschütz (1780–1861), capaz de tocar el órgano, el piano, el violín, el violonchelo y el clarinete, profesor de música que elaboró un popular método de aprendizaje musical para niños, su “Musikalisches Schulgesangbuch” (“Himnario musical escolar”), el cual realiza la adaptación en el año 1824, es decir justamente cuando la costumbre de adornar árboles en Navidad empieza imponerse primero en Alemania, y algo más tarde, también en Inglaterra.
Pero eso no es todo, porque entre su composición en el s. XVI y su vinculación a la navidad en 1824, el pedagogo y músico también alemán, Joachim August Zarnack (1777–1827), convierte la melodía en un trágico cántico de amor que compara la reciedad y firmeza del árbol del abeto a la fragilidad e infidelidad de la mujer amada, a la que da el nombre de Mägdelein. “O Mägdelein, o Mägdelein, wie falsch ist dein Gemüte” (“Oh Mägdelein, oh Mägdelein, qué falsos que son tus pensamientos”).
En su versión navideña, la canción pasa al francés con el aséptico título de “Oh beau sapin” (“Oh bello pino”), y al inglés con el de “Oh Christmass tree” (“Oh, árbol de navidad”), mucho más comprometidamente navideño, lo que, una vez más, da buena cuenta de la implicación de los ingleses en la bella costumbre de adornar árboles durante la Navidad.
La melodía es muy popular también en España, pero en nuestro país, o nos limitamos a tararearla, o la intentamos cantar o en inglés o, con menor frecuencia, en francés. Razón por la que les propongo aquí una letra en español que encaja bien en la estructura musical de la canción, para que este año se la dediquen Vds. a su árbol de navidad, y por ende a cuantos nobles sentimientos y valores nos inspira esta bonita época del año en la que nos encontramos por estos días. Hela aquí:
Oh abeto fiel de Navidad
Qué verdes son tus hojas
Verde en verano siempre estás
Y verde igual en navidad
O abeto fiel de Navidad
Qué verdes son tus hojas
O abeto fiel de Navidad
Cuanto puedes gustarme
Cuantos inviernos suman ya
Que tú me das felicidad
O abeto fiel de Navidad
Cuanto puedes gustarme
O abeto fiel de Navidad
Tus ramas me susurran
Es un mensaje que me da
Coraje y fuerza para andar
O abeto fiel de Navidad
Tus ramas me susurran
Qué verdes son tus hojas
Verde en verano siempre estás
Y verde igual en navidad
O abeto fiel de Navidad
Qué verdes son tus hojas
O abeto fiel de Navidad
Cuanto puedes gustarme
Cuantos inviernos suman ya
Que tú me das felicidad
O abeto fiel de Navidad
Cuanto puedes gustarme
O abeto fiel de Navidad
Tus ramas me susurran
Es un mensaje que me da
Coraje y fuerza para andar
O abeto fiel de Navidad
Tus ramas me susurran
Y bien amigos, esperando que la disfruten, me despido un día más de Vds., no sin desearles, una vez más y como siempre, que hagan mucho bien y que no reciban menos. Por aquí nos vemos.
©L.A.
Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día, o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es
Otros artículos del autor relacionados con el tema
(haga click en el título si desea leerlos)
De los villancicos como composiciones musicales navideñas
Del Cancionero de Uppsala del s. XVI, una de las mejores colecciones de villancicos españoles
Del villancico "Happy Christmas" de John Lennon y su curiosa historia
Del árbol de navidad, mucho menos pagano de lo que acostumbramos a creer
Del árbol de Navidad que se inaugura hoy en la Plaza de San Pedro: breve reseña histórica
Enviar comentario