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I Had a Dream

"Por lo demás,  hermanos míos,  fortaleceos en el Señor,  y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios,  para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,  para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6, 10-13).
Los principados y potestades a que alude el texto bíblico se han hecho visibles   en este siglo XX-XXI a través del  llamado Nuevo Orden Mundial (NOM), que está ejerciendo su dominio global desde la caída del Muro de Berlín. Este NOM es una síntesis de liberalismo (capitalismo) y populismo (comunismo), las dos caras del materialismo ateo, principal error que Rusia esparciría por el mundo entero y que quiso evitar la Virgen con su aparición en Fátima en 1917. Sus objetivos son entre otros:
- La no aceptación de la ley de Dios y la apostasía de los pueblos, dejando para la Iglesia el papel de ONG (que no cuestione el pensamiento único del Nuevo Orden Mundial).
- La destrucción del matrimonio y los hijos naturales, mediante su sustitución por nuevas formas de convivencia como  la pareja, las uniones homosexuales y la creación humana de seres a través de la reproducción asistida y vientres de alquiler.
- La sustitución del orden social y político de la cristiandad, por un gobierno mundial sin Dios, que ejerza su dominio político mediante el imperialismo del dinero. 
El profeta  Samuel ya advirtió al pueblo elegido de un ejercicio despótico del poder como este, de una realeza al margen de Dios: “El fuero del rey que va a reinar sobre vosotros, tomará a vuestros hijos y los destinará a sus carros y a sus caballos y tendrán que correr delante de su carro. Les hará labrar sus campos, sembrar su cosecha, fabricar sus armas de guerra y los arreos de sus carros. Tomará vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas. Tomará vuestros campos, vuestras viñas y vuestros mejore olivares y se los dará a sus servidores. Tomará vuestros criados y criadas, y vuestros jóvenes y asnos y los hará trabajar para él. Sacará el diezmo de vuestros rebaños y vosotros mismos seréis sus criados. Ese día os lamentaréis a causa del rey que os habéis elegido, pero entonces Yahvé no os responderá”   (1 S 8,11-18).
En este tiempo ha sido el Cardenal Wojtyla el que advirtió sobre este nuevo poder que no se somete a la autoridad divina. En su discurso durante el Congreso Eucarístico de 1976 en Philadelphia (USA) para la celebración del Bicentenario de la firma de la Declaración de la Independencia de EE.UU. decía lo siguiente: “Ahora estamos frente a la mayor confrontación histórica que la humanidad ha experimentado alguna vez.  No creo que el amplio círculo de la comunidad cristiana se dé cuenta de esto completamente. Ahora nos enfrentamos a la confrontación final entre la Iglesia y la anti-iglesia, entre el Evangelio y el anti-evangelio, entre Cristo y el anti-Cristo.  El enfrentamiento se encuentra dentro de los planes de la Divina Providencia. Está en el plan de Dios, y debe ser un juicio que la Iglesia debe asumir y afrontar con valentía…Tenemos que estar preparados para someternos a grandes pruebas en un futuro no muy lejano. Pruebas que nos obligarán a estar dispuestos a renunciar incluso a nuestras vidas. Y una entrega total de sí mismos a Cristo y para Cristo. A través de sus oraciones y la mía, es posible aliviar esta aflicción, pero ya no es posible evitar que suceda. ¡Cuántas veces la renovación de la Iglesia ha sido a través de la sangre! No va a ser diferente esta vez”.
A pesar de esta tribulación, la Mujer vestida de Sol anuncia proféticamente en Fátima, el Triunfo de su Inmaculado Corazón. Para que llegue este triunfo vino a pedir  nuestra adhesión a la ley de Dios, el rezo del rosario, la Comunión reparadora de los primeros sábados de mes por las ofensas a su Inmaculado Corazón y la Consagración de Rusia por el Papa en unión de todos los obispos del mundo. Ella fue enviada por Dios,  para que en su Hijo se reúnan todas las naciones y lenguas: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo…Esta es la morada de Dios y enjuagará toda lágrima salida de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el viejo mundo ha pasado…Mira que hago nuevas todas las cosas…estas son palabras ciertas y verdaderas… Yo soy el alfa y el omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial de la vida gratis. Esta será la herencia del vencedor: Yo seré Dios para  él y él será hijo para mí… La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero. Las naciones caminarán a su luz, y los reyes de la tierra irá a llevarle su esplendor” (Apocalipsis 21, 1-7 y 23-24).
Los signos de los tiempos reclaman, esos Cielos nuevos, Tierra nueva, cuyo origen está en la sabiduría de Dios. El propósito de este post es presentarles mi libro: Hacer Nuevas Todas las Cosas. Su propósito es ayudar modestamente  a hacer nuevas todas las cosas, a restituir el orden social cristiano en el que la economía se subordine a la política, y ambas a Cristo, primer y único factor que de verdad hace progresar a todo el hombre y a todos los hombres. Para realizar este trabajo he utilizado la Biblia, la Doctrina Social de la Iglesia y mi tesis doctoral sobre esta materia.
 
Lo pueden encontrar en su versión para Kindke (hasta el 18 de Septiembre gratis:  https://goo.gl/JcenvW)  , y en su version impresa en: https://goo.gl/6Uk3x8
 

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