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Un cardenal y un arzobispo

Aciprensa

La Conferencia Episcopal de Nicaragua confirmó la muerte del Arzobispo Emérito de Managua, Cardenal Miguel Obando y Bravo, este 3 de junio a los 92 años.
 

Los obispos nicaragüenses expresaron en un comunicado que “elevan oraciones al Dios Todopoderoso, plegarias amorosas, rogando por el descanso eterno de su alma”.

Además expresaron su apoyo espiritual y su aliento a los familiares del cardenal, y les animaron a “evocarlo en sublimes recuerdos de su vida ministerial”.

"La Iglesia de Nicaragua está de duelo, pero con la esperanza firme en que nuestro hermano Cardenal Miguel Obando y Bravo vivirá la Pascua de Cristo”, aseguraron los obispos.
 

El Cardenal Obando y Bravo fue nombrado Arzobispo de Managua en abril de 1970. Repetidamente medió en los conflictos sociales y políticos de las décadas que siguieron.

En 1985 fue creado cardenal por San Juan Pablo II. Veinte años más tarde, a los 79 años, le sería aceptada su renuncia al gobierno pastoral de Managua.

Al celebrar la Misa este 3 de junio, el actual Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, recordó a su predecesor como “un hombre de Dios, un hombre que amó intensamente a Jesucristo, un hombre intensamente mariano”.

“Un padre, así lo sentí yo, un amigo, era un hombre que creía en la paz”, dijo.

El Cardenal Brenes dijo también que el Cardenal Obando y Bravo estaba al tanto del rol de mediadores que asumieron los obispos en el Diálogo Nacional entre el gobierno y las diversas organizaciones críticas que han levantado su voz de protesta en las últimas semanas.
 

“Oramos siempre por el diálogo”, dijo, y “la última plática que tuvimos con él fue cuando comunicábamos al Gobierno que los obispos de la Conferencia Episcopal aceptamos ser mediadores y testigos”.

“Él me llamó y nos tenía en sus oraciones”, recordó.

El Gobierno de Nicaragua ha decretado 3 días de duelo nacional por la muerte del Cardenal Obando y Bravo, a quien considera "prócer de la reconciliación nacional de Nicaragua".

Las honras fúnebres se realizan el 3 de junio de 3:00 a 6:00 p.m. en el Auditorio Universidad Católica Redemptoris Mater UNICA. El lunes 4 de junio, a las 9:00 a.m., se realizará la Santa Misa en la Catedral Metropolitana de Managua y luego el cuerpo del Cardenal Obando y Bravo será sepultado en el Campus UNICA.


 

El Arzobispo estadounidense Fulton Sheen, siervo de Dios en proceso de beatificación y a quien se le atribuye un posible milagro, contó meses antes de fallecer que su mayor inspiración fue una niña china de once años que murió por la Eucaristía.

El Arzobispo Sheen relató en una entrevista que cuando los comunistas se apoderaron de China a mediados del siglo XX, apresaron a un sacerdote en su propia rectoría cerca de la iglesia.

Desde la ventana, el presbítero pudo ver cómo los comunistas entraron a profanar el templo. Estos tomaron el copón del sagrario y lo tiraron al suelo, quedando esparcidas 32 hostias consagradas.

En la parte de atrás de la iglesia había una niñita que rezaba y que vio todo lo sucedido.

Por la noche la pequeña regresó y, evadiendo la guardia apostada en la rectoría, entró al templo e hizo una hora santa de oración como reparación al acto sacrílego.

Luego, la pequeña se arrodilló y con su lengua comulgó una de las hostias consagradas. En ese entonces los laicos no podían tocar la Eucaristía con las manos. La niña regresó cada noche y después de rezar en hora santa, comulgaba.

En el día 32, tras consumir la última hostia consagrada, accidentalmente hizo un ruido que despertó al guardia, quien corrió detrás de la pequeña, la atrapó y la golpeó con la culata del rifle hasta matarla.

El sacerdote apresado presenció sumamente abatido este acto heroico del martirio de la pequeña. Posteriormente, cuando el Arzobispo Sheen escuchó el relato, prometió que haría una hora santa diaria ante Jesús Sacramentado por el resto de su vida.

La pequeña le enseñó al Prelado el valor y celo que se debe tener por el Santísimo Sacramento y cómo la fe puede vencer el miedo porque el verdadero amor a la Eucaristía debe trascender la propia vida.

Sobre el Siervo de Dios Arzobispo Sheen

El Arzobispo Sheen nació el 8 de mayo de 1895 en Estados Unidos. Fue ordenado sacerdote en 1919 y en la década de 1930 se convirtió en una popular personalidad de la radio.

El Arzobispo fue anfitrión del programa radial “Hora Católica" y del programa televisivo “La Vida vale la pena vivirla”, ganador del Emmy, con los que llegó a millones de personas en lo que fue su carrera en los medios de comunicación.

Fulton Sheen fue autor de muchos libros y dirigió la Sociedad para la Propagación de la Fe en Estados Unidos. El Arzobispo dedicó el dinero obtenido con sus libros a las misiones en el extranjero.

Su trabajo ha ayudado a crear 9 mil clínicas, 10 mil orfanatos y 1200 escuelas. Las instituciones a las que ayudaron sus donaciones ahora educan a 80 mil seminaristas y 9 mil religiosas.

El Siervo de Dios continuó siendo una importante personalidad del catolicismo en Estados Unidos hasta su muerte, en 1979, cuando tenía 84 años.

Mons. Daniel Jenky, Obispo de Peoria, abrió la causa de canonización del Arzobispo Sheen en 2002. En 2012 el Papa Benedicto XVI aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas del fallecido Prelado; y en marzo de 2014 un panel médico del Vaticano certificó que el milagro atribuido a su intercesión no podía ser explicado por la ciencia.

Este milagro consiste en la curación de James Fulton Engstrom, un niño nacido aparentemente muerto en septiembre de 2010, hijo de Bonnie y Travis Engstrom, en el pueblo de Goodfield, en la zona de Peoria.

El pequeño James no mostró signos de vida cuando los profesionales médicos trataron de revivirlo, por lo que sus padres pidieron al Siervo de Dios que lo cure. A pesar de que el bebé no presentó pulso durante una hora después de su nacimiento, su corazón comenzó a latir otra vez.

El 3 de septiembre de 2014, Mons. Daniel Jenky anunció que la causa del Arzobispo Fulton Sheen se suspendía ante una disputa entre la Diócesis de Peoria y la Arquidiócesis de Nueva York respecto a la custodia de los restos mortales del siervo de Dios. Se espera que la suspensión sea temporal, según indica Andrea Ambrosi, postulador de la causa.

El siguiente paso cuando la causa vuelva a su curso normal, debe ser la aprobación del milagro por parte del Papa y la posterior beatificación del Arzobispo Fulton Sheen.

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