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¿Quiénes son los consejeros de Francisco? El vaticanista Marco Tosatti hace su lista

Una de las preguntas que se escuchan con mayor frecuencia dentro de los muros de la Ciudad del Vaticano (y también fuera), cuando se habla del nuevo Papa, es: ¿Con quién habla frecuentemente? Quién le aconseja? ¿A quién tiene, como se dice, «en la oreja»?

Seguramente una de estas personas es Fabián Pedacchio Leaniz, el prelado que trabaja en la Congregación de los Obispos, y que ha asumido, de forma no oficial pero extremamente eficaz y real, el papel de secretario privado del nuevo Pontífice: un poco lo que era Stanislao Dziwisz para Juan Pablo II, pero mutatis mutandi, obviamente.


Pero, después de hacer algunas consultas discretas, surgen muchos otros nombres (y algunos de ellos son sorprendentes).


Lo que no es una sorpresa es que entre sus consejeros figure el nombre del cardenal brasileño Hummes, que fue Prefecto de la Congregación para el Clero y, según fuentes confiables, “gran elector” de Bergoglio (el hombre que habría hecho su “campaña” durante el último Cónclave). Fue él quien apareció a su lado después de la elección en el balcón de la Logia de la Basílica de San Pablo, durante la presentación al pueblo del nuevo Papa.


Menos aparente, en cambio, es el papel de un cardenal que tiene más de ochenta años, Murphy O’Connor, un hombre que no tuvo una gran sintonía con Benedicto XVI ni con sus decisiones, en materia obispal. Papa Francisco lo consulta a menudo, e incluso el nuncio en Gran Bretaña, por lo que parece consciente de esta relación directa, hablaría con él mucho más que antes.


Luego está, claramente, el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que podría llegar dentro de poco a Roma como encargado de alguna de las Congregaciones, a pesar de que no sea ningún jovenzuelo (con sus 73 años). Pero, por lo demás, el Papa tiene 77. Su papel en el consejo de cardenales creado por el Papa es notable, según se dice en la Curia, así como el de otro cardenal latinoamericano, el chileno Errázuriz Ossa (de 80 años), que forma parte del “C8” que discute con el Papa la reforma de la Curia y que lo ayuda en el gobierno de la Iglesia.


En el “consejo secreto” de Papa Francisco, si pudiéramos llamarlo de esta manera, hay algunos italianos. Uno de ellos es el cardenal Giuseppe Bertello, “gobernador” del Estado de la Ciudad del Vaticano, cargo al que llegó después de haber sido nuncio en Italia y de haber pensado (según las palabras del ex Secretario de Estado) que habría podido dirigir a los Obispos. También le habría gustado, aunque en vano porque Filoni supo moverse con mayor habilidad y decisión, guiar Propaganda Fide.


Entre los otros italianos estaría (ni más ni menos) Carlo Maria Viganò, el nuncio en Estados Unidos y enemigo de todo lo que “huele” a Ratzinger o Bertone. Además, el ex-responsable del las Ceremonias en el Vaticano, mons. Piero Marini, cuya influencia algunos identifican en los cambios que hubo entre los asesores en la Congregación para el Culto Divino. Para concluir, una persona a la que escucha el Papa, y con razón (dado su currículum profesional) es Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, obispo español que fue profesor en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y ahora es el coordinador de la Comisión de investigación sobre el IOR.


Pero hay otra persona, una mujer, que ha estado en diferentes ocasiones a la mesa del Papa, en Santa Marta. En una de estas ocasiones, no hace mucho, incluso llevó a algunas personas con ella para que las conociera Bergoglio. Se trata de Francesca Immacolata Chaoqui, cuyo nombramiento como miembro de la Comisión referente para la reforma de las finanzas vaticanas llenó la red y algunos periódicos (a veces con tonos no siempre positivos). Por lo que parece, Bergoglio se ha reunido con ella en bastantes ocasiones.


Y luego está el teléfono, aparato que Papa Bergoglio usa con desenvoltura. Naturalmente, el secreto a su alrededor es mucho más denso.



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