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Excelente intervención de Fr. Vivian Boland O.P.

Como todos sabemos, la recién creada Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores, se encuentra reunida en capítulo. El pasado 3 de enero, a propósito del momento histórico que están viviendo los frailes, tuvo una intervención Fr. Vivian Boland, Vicario del Maestro de la Orden, en la que tocó puntos válidos, no solo para los ahí reunidos, sino de alcance y aplicación universal. Al final del artículo, se encuentra el link para poder escuchar sus palabras, pues durante las siguientes líneas no se hará una cita textual, sino un análisis a partir del video. De momento, subrayamos y profundizamos sobre algunos de los aspectos más importantes y realistas que desarrolló de forma muy clara.

Sin vocaciones, no hay formación:

La promoción vocacional, es la primera etapa de la formación. Podría decirse o pensarse que es hasta el postulantado; sin embargo, lo cierto es que en la medida en que haya un acompañamiento de calidad, en el que se presente con claridad el carisma, para evitar confusiones o decepciones más adelante, será posible formar una nueva generación de hombres y mujeres que, desde su originalidad, enriquezcan el ser y quehacer de la Iglesia en el mundo. ¿Por qué faltan vocaciones religiosas? Sin lugar a dudas, es la pregunta del millón; sin embargo, un error común es que se pretende promoverlas sin antes agregar un proceso de evangelización. Hablamos de secularismo y es cierto. No solo en Europa, sino en otras partes. Por lo tanto, antes de pensar en el primer piso (promover vocaciones) hay que ocuparnos de los cimientos (evangelizar). Hacerlo, ante todo, con el ejemplo. Una vez cubierto dicho punto, prepararse para dar a conocer la fe con palabras.

Juventud, universidad e Internet:

Hay que ir a los contextos que son claves para las nuevas generaciones. Esto implica considerar, entre otros, la universidad e Internet. Muchas vocaciones han surgido a partir de lo que han ido encontrando en la red. Cosa que, dicho sea de paso, es muy interesante y lógico, pues ¿cómo querer lo desconocido? Una vez que se descubre, cambia la perspectiva y es que muchos jóvenes tienen una idea distorsionada de Dios, del cristianismo, de la Iglesia. Entonces, valiéndonos de los medios de consulta, podemos aclarar lo que, en su momento, les fue distorsionado o explicado de un modo deficiente, poco claro. La universidad, es otro punto de encuentro. Es la etapa de las decisiones, de saber qué es lo que sigue. Por esta razón, la pastoral juvenil necesita vincularse con las instituciones de educación superior, lo cual, requiere que, entre los catedráticos, haya sacerdotes, religiosas y laicos, pues en el salón de clases, en el día a día, por el solo hecho de convivir, es posible romper prejuicios y construir una sólida cultura vocacional. Dejar las aulas, es cerrar puertas. De ahí la importancia de estar.

Jóvenes que buscan formas de vida antigua:

Es un punto que vale la pena tocar. Fr. Boland, mencionó una tendencia de frailes jóvenes; es decir, recién llegados, que aspiran a ciertas formas de vida antigua y pidió que se conviviera con dichas inquietudes de las nuevas generaciones. Muchas veces, no se sabe cómo abordar esto. De una parte, el temor a que sea por buscar falsas seguridades o caer en un anacronismo; sin embargo, también puede ser –y todo parece indicar que va en esa dirección- el hecho de querer volver a las raíces, recuperando elementos que, por una mala interpretación del Concilio Vaticano II, se descartaron, creyendo que ya no eran significativos. Con el paso del tiempo, se va viendo que, por ejemplo, la liturgia, lejos de ser un obstáculo para el compromiso social, es un espacio de diálogo con Dios que, fortaleciendo la vida religiosa, ayuda a entender mejor el paradigma, evitando el activismo. Aunque el vicario no pudo agotar todos los puntos, consideramos que esa vuelta a lo antiguo, con una buena formación, puede ser positiva en tanto fortalece la identidad del carisma, pues no se refiere a quedarse en el pasado, sino de hacer frente al presente sin perder el rumbo fundacional. En este caso, la predicación.

Conclusión:

Es necesario promover vocaciones en sentido amplio; es decir, considerando todos los estilos de vida que existen en la Iglesia. Hacerlo desde la vitalidad del Evangelio, evitando reduccionismos. Se trata de acompañar, de ayudar a vivir la fe en lo concreto. Vale la pena considerar las palabras de Fr. Boland, como respuesta y orientación.

Link: https://www.youtube.com/watch?v=Ws2yqy9ctMw

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