El Beato Justino Alarcón de Vera en una película de 1928
Fue en 2003 cuando la Filmoteca de Extremadura restauró y recuperó un documental sobre la Coronación de Santa María de Guadalupe como Reina de las Españas, datado el 12 de octubre de 1928 y que estaba guardado en el propio del Monasterio de Guadalupe desde entonces, con el fin de dar a conocer a la ciudadanía el primer texto fílmico de Extremadura y uno de los primeros de España. En los ocho minutos de grabación aparece el momento en el que el rey Alfonso XIII, en presencia del cardenal Pedro Segura Sáez, coloca la corona a la Virgen de Guadalupe en el marco de la fachada principal del Monasterio.
Cuando se presentó esta filmación el padre franciscano Guillermo Cerrato indicó que este ejemplar audiovisual permite la oportunidad de “revivir algo que para los cronistas de aquella época era un día histórico y una efeméride gloriosa”.
El original de esta película, depositada en la caja fuerte del Monasterio de Guadalupe, es de 16 mm. Su estado de conservación era bastante deficiente y la labor de recuperación del original requirió de un trabajo muy especializado. Además de este proceso se llevó a cabo la copia en 35 mm., a partir de negativo 16 mm. En la documentación de la Filmoteca de Extremadura puede leerse: “el término rehabilitación quiere expresar que se ha tratado de hacer visible de nuevo la película, en las mejores condiciones técnicas posibles. De esta manera, hemos conseguido recuperar una pieza importante y significada de nuestro patrimonio visual”.
El documental, una vez mejorado, fue distribuido de manera gratuita con el Periódico Extremadura, el 12 de octubre de 2003, año en que se cumplía el 75 aniversario de la coronación.
Desde el año 2010 el documental está colgado en YouTube. Luego, lo adjuntaba, el 8 de septiembre de 2012, Luis Antequera en su blog de ReligiónenLibertad, En cuerpo y alma.
2003, 2010, 2012… ¿dónde está la novedad?
El hallazgo es que podemos estar ante las únicas imágenes de una película en la que aparezca un beato mártir de la persecución religiosa de los años treinta. Se trata del beato Justino Alarcón de Vera, natural de Fuensalida (Toledo) y que ejercía de maestro de ceremonias en la coronación de la Virgen de Guadalupe, ese 12 de octubre de 1928. Su coronilla calva más allá de la tonsura (que entonces se tenían que hacer los clérigos) y su sotana-roquete de maestro de ceremonia le hacen inconfundible a lo largo de toda la filmación.
Para que no se pierdan síganle en el momento en que invita al propio Rey a situarse junto a la Virgen como se ve en esta foto. El beato Justino, de espaldas, perfectamente reconocible, ayuda al Cardenal en tan emotivo momento.
Maestro de ceremonias
El cardenal Pedro Segura Sáez, arzobispo de Toledo, tenía gran estima hacia don Justino por su celo y laboriosidad. La Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo conserva una carta, que el Cardenal escribe desde el exilio, concretamente desde Lisieux (Francia), fechada el 7 de octubre de 1931. La misiva termina así:
“No le olvidaré jamás, y pediré al Señor por Vd. y los suyos. Quiera recordarme en sus oraciones y sacrificios; y cuando se acerque a los altares santos de nuestra Señora, junto a los cuales tantas veces me asistió, no se olvide de mí. Reciba con todos los suyos la más efusiva de mis bendiciones”.
El Cardenal.
Una de las jornadas más intensas, en este ministerio, fue la vivida el 12 de octubre de 1928 en el Monasterio de Guadalupe, de Cáceres. El 20 de marzo de 1907 se había declarado a la Virgen de Guadalupe, Patrona de Extremadura. Un año más tarde, la Comunidad Franciscana recibió la encomienda de hacerse cargo del Monasterio y comenzó su recuperación y restauración. Con ellos Guadalupe comienza a resurgir del olvido. Como consecuencia de este renacer se llega a coronar a la sagrada imagen de Nuestra Señora de Guadalupe con el título de “Hispaniarum Regina”. La ceremonia fue presidida por el cardenal Segura, como legado del pontífice Pío XI, y el rey Alfonso XIII, con una rica corona ofrendada por el pueblo. En las manos de la Virgen colocó el rey su bastón de mando. Con este hecho se rescató del olvido la devoción a la Virgen y comenzaron a correr nuevos tiempos para Guadalupe y su Monasterio.
Reliquia para el Monasterio
Este año Guadalupe celebra Año Jubilar porque el pasado 6 de septiembre -día de su solemnidad litúrgica- cayó en domingo. Con tal motivo la Postulación para las Causas de los Mártires de la Archidiócesis de Toledo hizo donación de un cuadro, como puede verse en la fotografía, a los padres Franciscanos (a la izquierda, el padre Marcos Rincón, vicepostulador de los mártires franciscanos) del Monasterio de parte del fajín morado, propiedad del mártir y del que la familia se desprendió generosamente para poder distribuir reliquias “ex indumentis”, ya que el cuerpo del beato Justino reposan en una fosa común del cementerio municipal Nuestra Señora del Sagrario de la ciudad de Toledo.
Su historia martirial la contamos en este artículo:
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