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Los obispos de Valencia y Baleares piden votar más allá del mal menor e intentar el bien posible

"No nos podemos contentar con el mal menor, sino que habrá que intentar conseguir el bien posible", proponen para estas elecciones generales los obispos de la región levantina, que suma las 3 diócesis valencianas (Alicante, Valencia, Castellón) y las tres de Baleares (Ibiza, Mallorca y Menorca). 

En una nota conjunta, los obispos levantinos recuerdan " el deber de votar en ejercicio de nuestro derecho a votar y el deber de elegir responsablemente", pensando además en el bien común de toda España.

Piden a los cristianos "apoyar a quienes favorezcan el desarrollo de la persona y apoyen el reconocimiento efectivo de los derechos fundamentales de todas las personas"; al enunciar estos derechos, ponen en primer lugar "el derecho a la vida desde su concepción hasta su muerte natural". 

Reproducimos a continuación la nota completa.

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El próximo domingo, día 26 de junio, hemos sido convocados a ejercer libremente el derecho democrático de elegir nuestros representantes en el Congreso y en el Senado. Del resultado de las Elecciones saldrá un nuevo Gobierno de España.

A nadie se le oculta la importancia que tiene esta convocatoria electoral, máxime tras el intento fallido del pasado 20 de diciembre. La situación, lo decimos y lo vemos todos, es complicada y nada fácil. Depende mucho de nuestra responsabilidad. Y esta responsabilidad entraña, en primer lugar, el deber de votar en ejercicio de nuestro derecho a votar y el deber de elegir responsablemente a nuestros representantes conforme a lo que nuestra conciencia nos dicte teniendo en cuenta el bien común para toda España, al tratarse de unas elecciones generales.

Son muchos los cristianos que nos han pedido a los obispos que, como sus Pastores, les ofrezcamos alguna orientación ante la excepcional importancia del momento que vivimos. Y así lo hacemos en virtud de nuestra responsabilidad de Pastores y en ejercicio de nuestro derecho legítimo e inalienable de obispos, desde la libertad que proclamamos para todos, nunca para orientarles sobre a qué grupo político concreto deben votar, puesto que la fe cristiana no es una ideología política ni puede ser identificada con ninguna de ellas, sino simple y sencillamente para ayudar a formar sus conciencias a la hora de emitir el voto, y hacerlo libre y responsablemente, en conciencia.

La Iglesia nunca determinará quiénes deben gobernarnos, pero sí debe proyectar la palabra de Dios sobre la sociedad cuando se trata de promover los derechos humanos, y la justicia, con la firme voluntad de que nosotros como hombres de Iglesia y el próximo Gobierno acertemos en las relaciones que respeten la mutua autonomía y libertad, estableciendo la colaboración constante en beneficio de todos.

Todos somos conscientes de nuestra responsabilidad y nuestro deber de votar en estas elecciones. Se trata de un derecho y de un deber. Al emitir el voto nos encontramos ante un acto, que, para ser consciente y maduro, requiere información y discernimiento sobre programas, métodos y personas con referencia siempre al bien común; tenemos la obligación, pues, de informarnos, sin olvidar que ningún partido político es capaz de realizar plena y satisfactoriamente los valores esenciales de la concepción cristiana de la vida y de la sociedad, y que el cristiano es libre para elegir entre los diversos partidos, programas y candidatos, pero siempre en coherencia con la fe cristiana y con los principios morales que le son consubstanciales.

No podemos elegir a cualquiera; no da lo mismo uno que otro. No nos podemos contentar con el mal menor, sino que habrá que intentar conseguir el bien posible.

Y para ello, entre otras cosas, habrá que tener muy en cuenta los bienes y valores que contiene y promueve la Constitución Española, que habrá de ser respetada y asumida por la formación política que se elija.

En coherencia con nuestra fe y con la Constitución hemos de apoyar a quienes favorezcan el desarrollo de la persona y apoyen el reconocimiento efectivo de los derechos fundamentales de todas las personas y de todos los ciudadanos; entre otros:

- el derecho a la vida desde su concepción hasta su muerte natural,
- la dignidad de toda persona, sus derechos inherentes e inalienables, el libre desarrollo de su personalidad,
- el respeto de los derechos de los demás,
- el derecho a la libertad religiosa personal y comunitaria y a la objeción de conciencia,
- el derecho a la educación y el derecho prioritario de los padres a educar a sus hijos y de hacerlo conforme a sus convicciones religiosas y morales,
- la libertad de enseñanza y el derecho de los padres a elegir el centro que deseen para sus hijos, y el derecho de que estos reciban la formación y religiosa que desean para sus hijos;
- la libertad de expresión y el derecho a la información.

En consecuencia no podemos apoyar el establecimiento de ningún tipo de totalitarismo, de pensamiento único o de laicismo excluyente.

Nuestro voto ha de ayudar a quienes de verdad y efectivamente trabajen por el bien común, por la justicia social y por la desaparición de desigualdades, por la atención prioritaria a los más pobres, a los inmigrantes, a los refugiados y a las periferias existenciales.

Los cristianos no podemos colaborar con quienes empleen la violencia, el odio, la mentira, la manipulación o la corrupción para conseguir sus fines: en los proyectos políticos y sociales se ha de buscar siempre favorecer la convivencia y la solidaridad, el diálogo y la cooperación, la unidad y la concordia entre todos los españoles, sin exclusiones.

La generosidad y la grandeza de ánimo, y poner la mirada por encima de todo en España debieran ser notas de los dirigentes a elegir. En cualquier caso, habrá que elegir las fuerzas políticas que sean más favorables para la vida moral y justa de nuestra sociedad al servicio siempre del bien común de todos: personas, grupos y familias. 

+ Antonio Cardenal Cañizares Llovera, Arzobispo de Valencia
+ Jesús Murgui Soriano, Obispo de Orihuela – Alicante
+ Javier Salinas Viñals, Obispo de Mallorca
+ Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe Castellón
+ Vicente Juan Segura, Obispo de Ibiza
+ Esteban Escudero Torres, Obispo Auxiliar de Valencia
Gerard Villalonga Hellín, Administrador Diocesano de Menorca

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