Espíritu Santo: Persona y no energía
¿Por qué se habla tanto de energía, buenas vibras, equilibrio, etcétera? En sí, el problema no está en las palabras, sino en la confusión de querer aplicarlas al camino de la fe, pues el Espíritu Santo, al ser Dios, escapa a cualquier clasificación elaborada por nuestro propio ingenio, aunque sí que encontramos, gracias a la palabra de Jesús, una forma concreta de abordarlo sin caer en ambigüedades o bien espiritualidades evasivas. Por eso siempre debemos de confrontar nuestra idea de dios con el verdadero Dios de la Biblia, a fin de que avancemos en el conocimiento y no acabemos buscándonos a nosotros mismos, llenándonos de un cierto folklore que, en vez de impulsarnos, nos haga cómodos en medio de nuestros errores. Sí, hay que dejarse corregir por Cristo. Él lo hace de una forma amena, suave. Nada de lastimar. Al contrario, su verdad cautiva, invita a la reflexión, al cambio. Exige y, al mismo tiempo, perdona. Es producto de la acción del Espíritu Santo en nuestra vida. Cuando captamos o percibimos un punto de mejora, el hacernos conscientes, viene de él.
Entonces, para concluir, ¿quién es el Espíritu Santo? Aquel que como decía el V.P. Félix de Jesús Rougier M.Sp.S. (1859-1938), debe ser el alma de cada uno, porque somos casa de la Trinidad, casa de Dios. En lo íntimo, está su voz y, desde ahí, nos lleva a recorrer la vida con rumbo. Por eso es persona y no energía.
-----------------------------------------------------------------------------------Link del audio-conferencia: "Retos de la Pastoral Juvenil. Situación, contexto y plan de mejora":http://ift.tt/2su2jPg
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