Francisco consigue disuadir a una mujer atacada con ácido que tenía fecha para la eutanasia
"Gracias a Dios se pudo dar este milagro de que yo pudiera estar acá”, explicó: “Yo fui la primera en la fila y la primera que saludó fue a mí. Me abrazó, le entregué el regalo. Estoy feliz, le dije que me iba a hacer la eutanasia, que me ayudara, y me dijo que no, que no iba a hacer eso. Que no lo iba a hacer. Me dijo que yo era muy valiente y que muy linda”, explicó ante los micrófonos.
Este encuentro con Francisco la “cambió totalmente": "Ahora sí quiero vivir y necesito que el mundo entero lo sepa, que quiero vivir y que me ayuden con sus donaciones".
La mujer mostró la carta con la intervención programada para matarla: "Pero ya no me la voy a hacer más porque Dios va a traer cosas grandes a mi vida”, dijo, además de pedir ayuda para hacer frente a los gastos y a sus pobres condiciones de vida: "Quiero soñar con muchas cosas: techo, negocio, casa, de todo, porque ya no voy a morir”.
Al Papa, concluyó, “le regalé mi corazón y le compré una cosa hermosa como un corazón lindo".</span>
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