Matías Prats y la lacra
Coincido con Antena 3 en que el maltrato machista es una lacra. No tengo relación alguna con la violencia. Si me gusta el boxeo es porque es el único deporte en el que los dos contendientes saben que van a partirse la cara. En el fútbol abunda la entrada de Goicoetxea y el codazo de Ramos. Y el waterpolo es kárate submarino. En el cuadrilátero, sin embargo, la tangana está reglada de tal modo que un peso medio perdería la licencia si apalizara a un supermosca. En algunos matrimonios, sin embargo, abunda la entrada de Goicoetxea y el codazo de Ramos. En determinados hogares, la vida conyugal se parece más al fútbol que al boxeo.
La toma de conciencia de la sociedad española de que esto es así permitirá, antes que después, acabar con esta infamia. Pero hay que acabar con otras. Es una lástima que la sociedad española considere más importante erradicar una lacra que evitar una masacre. Lacra es asesinar 50 mujeres, masacre impedir el nacimiento de 100.000 niños que, si crecieran, tendrían la oportunidad de librar su propia guerra, que sería la de los botones, para acabar con el aborto. Falta hace que nazcan. Más que nada para fortalecer a la causa del bien, poblada ahora de apocados. Raro será que cualquier Navidad los ayuntamientos del cambio no pongan en el Belén una clínica Herodes, la Dator de la época, al lado del pesebre por si la Virgen se lo piensa mejor. Y raro será que el católico común, tan melifluo, se atreva a quitarla.
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