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Una manera de actuar contra la telebasura

Hace cosa de un año, con motivo de un magacín de Telecinco, escribí un artículo sobre cómo acabar con la telebasura. Pienso que si los católicos quisiéramos, podríamos evitarla. ¿Cómo? Sencillamente, no comprando los productos que se anuncian en esos programas. Así de sencillo y así de fácil.

Si Telecinco ha cerrado un programa por falta de anunciantes, ¿no se podrían cerrar otros por el mismo motivo? Pregunto: ¿No habría alguna institución que se preocupase de informar en qué programas o medios de comunicación se emiten, aconsejando y animando a los católicos y a gente de buena voluntad a que no compren los productos que se anuncian en esos programas? Es claro que previamente habría que hablar con los anunciantes.


Menos quejas inútiles y más actuaciones coherentes y responsables. Cierto que no va a ser fácil, pero sí posible. Lo que no es lógico es que nos quedemos en puras lamentaciones. Un grupo de seglares bien formados y dispuestos a actuar es lo que hace falta. Si se ve que esta acción es positiva, ¿no valdría la pena iniciarla?


Recuerdo esto que dije en una ocasión, porque acabo de leer en Religión en Libertad, que "Tres anunciantes de primera categoría (Burger King, Mutua Madrileña y McDonald´s) han pedido que su publicidad no esté en un programa que es un exponente muy claro de la telebasura", explica a ReL el presidente de HazteOir, Ignacio Arsuaga.


Aunque HazteOir ya había conseguido éxitos importantes, como la campaña contra otro producto-basura, Salvados por la Iglesia (esta vez en laSexta), "el impacto de la campaña actual es muy superior por el número de las adhesiones y por su impacto mediático".


Con ello quiero decir que si los católicos queremos, sin aspavientos ni manifestaciones, podemos conseguir que desaparezcan programas o, incluso, cadenas; ¿cómo? Sencillamente no comprando los productos que se anuncian en esas cadenas, ya que las cadenas se mantienen económicamente con los anuncios. Hay muchas clases de detergentes, de galletas, de dulces, de refrescos, de conservas, de frutas, de pescados, de carnes… de todo. Se suele decir que la marca del producto que se anuncia es la mejor, aunque eso no se lo cree nadie.


¿Qué pasaría si, en vez de comprar los productos que se anuncian en esos programas o en esas cadenas, se compra otro de distinta marca y en paz? Seguro que los hay más baratos y mejores. Y si esos medios de comunicación no pueden sostenerse sin esos anuncios, se solucionó el problema en todo o en parte. Que emitan lo que quieran y que hagan lo que quieran, pero los católicos creo que no debemos apoyar de una u otra manera todo lo que suponga inmoralidad y ataques a la Iglesia. Ya son muchos los ataques que se hacen a la Iglesia; no apoyemos con nuestras compras el que se sigan dando con nuestro apoyo económico.


El hecho es que el objetivo se ha conseguido y se puede seguir consiguiendo. Si alguna televisión con toda libertad emite programas antirreligiosos o inmorales, ¿por qué los católicos no podemos dejar de comprar los productos que se anuncian con los que se mantienen económicamente esos programas y esas cadenas?


Me parece que es de sentido común actuar de esta manera, o de otra que se crea más conveniente para conseguir este objetivo.



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