El Papa visita a unos niños hospitalizados: «Jesús está cerca de vosotros»
En el Hospital vaticano el primer paciente que ha visto el Papa Francisco ha sido Saverio, un chico de 18 años afectado de distrofia muscular de Duchenne, una grave enfermedad degenerativa para la que todavía, desgraciadamente, no existe una cura eficaz. El paciente está ingresado en el Hospital Niño Jesús desde hace muchos años, y en 2010 ha sido operado para trasplantarle un corazón artificial permanente (fue la primera vez a nivel mundial que se realizó esta operación en el campo pediátrico).
Los médicos se están ocupado además de Saverio a nivel psicológico dado los continuos cambios físicos y existenciales que sufre. Su historia ha sido recogida en el anuncio de la Campaña institucional del Hospital Niño Jesús, ´Pon el Corazón´. Actualmente el chico es atendido en régimen de Hospital de Día, como Simeone, un paciente hematológico de cinco años, de origen etíope. Al final del breve saludo el Papa ha pedido rezar un Ave María.
Junto a Bergoglio han estado presentes también el secretario de Estado, el arzobispo Pietro Parolin, el cardenal camarlengo Tarcisio Bertone, los capellanes del Hospital, padre Mario Puppo e Don Luigi Zucaro, las hermanas Hijas de la Caridad San Vincenzo de Paoli, las hermanas Franciscanas de la Familia de María y el consejo de administración del Niño Jesús. Un niño ha leído el Salmo 27, y al final han dado al papa una cesta que contenía notas escritas con ´los sueños y las deseos´ de los pequeños pacientes del Hospital. Durante la reunión con los médicos del área de terapia intensiva del Niño Jesús, el papa Francisco ha añadido: “Vosotros no estáis perdiendo el tiempo, lo importante es sembrar, no sabemos cuando recogeremos pero vuestra semilla es importante”. Comenta el responsable del centro, el doctor Andrea Dotta: “La reunión ha sido muy conmovedora. No se si estábamos más conmovidos nosotros o él”. En el área de terapia intensiva, Bergoglio ha visto también dos niños, ambos de nombre Francesco, y otra niña que mañana cumplirá un año. Con cada uno de los enfermos y sus familias el Papa se ha entretenido unos minutos queriendo conocer la historia personal del pequeño paciente y como la familia vive la difícil condición de la enfermedad.
A todos el Papa ha reservado una bendición. “Nos ha dado fuerza y transmitido tranquilidad y serenidad en una situación que no es simple”, han contando los padres de Lorenzo, un niño del área de terapia intensiva de neonatos que el Pontífice ha visto y bendecido. “Hace algunos años me alejé de la Iglesia –ha dicho el padre del pequeño-- y con Francisco me he vuelto a acercar”. Un intenso momento de la visita ha sido el reservado a Adriana, ecuatoriana ingresada porque padece el Síndrome de Klippel Trenaunay, es decir, malformaciones vasculares múltiples. Tiene 12 años y llegó a Italia en 2008 junto a su padre gracias a un acuerdo entre el Hospital Niño Jesús y la Embajada de Ecuador en la Santa Sede. Después Francisco ha podido saludar a Xuejue, niña china de 11 años ingresada desde febrero 2013 por una grave pancreatitis. “Mi nombre significa ´pequeña luna´”, le ha dicho la niña. Por último el Papa ha hablado con Mabbrouka, paciente procedente de Libia de 17 años, huésped junto con sus padres en la casa ´Ronald´. Padece un tumor en la rodilla izquierda y fue operado en 2010. El año después volvió a Libia desde donde regresa a Roma cada tres meses para las revisiones con los médicos.
Los cinco pacientes atendidos por el Hospital de Día han saludo uno a uno al Pontífice en la entrada de Urgencias. Después ha comenzado la visita a las diferentes áreas, que Francisco ha querido que fuese estrictamente privada, hasta el punto de haber dejado fuera incluso a sus más estrechos colaboradores, y ha preferido entrar solo en las habitaciones. Al final, ha dado ánimos al personal sanitario de la estructura: “No estáis perdiendo tiempo, lo importante es sembrar, incluso si no sabemos cuando recogeremos los frutos”. Entre los médicos encargados de salvar a los recién nacidos prematuros a partir de la semana 24, muchos tenían lágrimas en los ojos. En una cuna estaba una niña de seis meses aquejada de una grave y rara enfermedad genética intestinal que ha sido operada siete veces. “Cada vez que sale del quirófano, la pequeña abre los ojos, sonríe y juega con las manitas. Sus padres aguantan y no pierden nunca la esperanza”, ha dicho al Pontífice el doctor Dotta. Y a los niños ha asegurado: “Jesús sabe lo que os hace falta. Jesús tiene con vosotros una relación especial: está siempre cerca de vosotros”. Son las palabras del Papa Francisco dirigidas a los niños del área de oncohematología del Hospital Niño Jesús que ha visitado esta tarde. “Quiero que desaparezcan las enfermedades”, ha confiado al Pontífice el pequeño Pietro. Son muchos los deseos que los pequeños han entregado a Francisco en sus notas, recogidas en una cesta de mimbre, que han cogido los colaboradores del Papa. Algunas son pequeños ruegos: “Querría que el mundo mejorase y no estuviera tan contaminado y que todos los habitantes no fueran tan malos”, ha escrito otro joven paciente. Y una niña ha invocado: “Que estos preciosos días de sol traigan a nuestros corazones felicidad y esperanza”.
Mientras tanto el presidente del Hospital, el profesor Giuseppe Profiti, ha saludado al Papa en nombre de todos los trabajadores, también de los que trabajan en otros centros pediátricos promovidos por esta institución. Francisco no ha pronunciado ningún discurso de respuesta, por otra parte en el texto preparado por Profiti estaban incluidas distintas citaciones a las intervenciones del Papa, incluida la frase sobre la Iglesia como “hospital de campo” que Francisco había dicho a ´Cività Cattolica´ en una entrevista. También se ha escuchado la citación del ´Evangelii gaudium´ sobre las periferias existenciales, y después el Papa ha dirigido nuevamente su atención a los pequeños pacientes. Durante la visita papal, en el momento de la reunión en el área del ´castillo de juegos´, Profiti ha entregado simbólicamente al Pontífice ´Casa Francisco´, un proyecto de acogida para mamás de niños en dificultad en colaboración con Cáritas de Roma. El proyecto de una estructura de acogida abierta 24 horas al día los 365 días al año, nace de la voluntad de dar respuestas concretas a los problemas de las madres solteras con niños que viven en graves condiciones económicas, sociales y habitativas en Roma y provincia. Se trata de víctimas de la marginación y la violencia dentro y fuera de la familia, obligadas a vivir en situaciones extremas con grandes dificultades.
´Casa Francisco´, han dicho los promotores, quiere ser el lugar donde el núcleo familiar será acogido, podrá recibir ayuda psicológica y educativa: un ambiente familiar para favorecer el crecimiento humano y social, además de la recuperación de una relación a menudo comprometida por difíciles experiencias de violencia, precariedad, pobreza y privación.
Dentro de la Casa –bautizada así en honor del obispo de Roma cuyo pontificado se ha caracterizado desde el principio por la atención privilegiada a los pobres y a los que sufren-- operadores y educadores de Cáritas de Roma, asistidos por los psicólogos del Hospital Niño Jesús, desarrollarán actividades útiles para favorecer la recuperación de la autonomía social, económica y habitativa de núcleos familiares compuestos por mujeres solas con hijos, previniendo los efectos negativos que una condición de malestar socio-ambiental puede determinar sobre la salud, el desarrollo y el bienestar psicofísico del niño y de la madre.
La visita a los enfermos del Niño Jesús del Papa Francisco ha sido caracterizada por poquísimas palabras y “grandes gestos”. Don Luigi Zucaro, capellán del Niño Jesús, explica el sentido de la visita que hoy el Papa Francisco ha hecho al hospital pediátrico situado en la zona romana de Gianicolo. “Ha sido un momento de pocas palabras pero de grandes gestos –ha explicado el capellán--. Poquísimas palabras. Parándome a pensar es como si hubiésemos vivido un momento casi litúrgico”.
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