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El Papa Juan Pablo I: ¿de qué murió?

 INTRODUCCION

Albino Luciani, nombre secular de Juan Pablo I, nació en el pueblo italiano de Canale d’Agordo el 17 de octubre de 1912, y falleció en la Ciudad del Vaticano el 28 de septiembre de 1978, a la edad de 66 años. Fue el Papa 263 de la Iglesia Católica desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, ocurrida 33 días después de su ordenación papal. En Italia se le recuerda como ‘Il sorriso de Dios’, que significa ‘La sonrisa de Dios’.

ALBINO LUCIANI

Cuando Albino contaba con 10 años de edad, su madre murió y su padre contrajo nuevas nupcias con una mujer de gran devoción, lo cual influyó sobremanera para que Albino sintiera su vocación sacerdotal, según él mismo reconoció, fortaleciéndose también por la predicación de un fraile capuchino a la que Albino asistió.

Albino, de origen humilde, pasó muchas penurias en su niñez. Él mismo lo confirmó posteriormente a unos periodistas con estas palabras: ‘Nadie podría llegar a sospechar jamás el hambre que yo he conocido’.

SU CARRERA RELIGIOSA

Luciani ingresó en 1923 en el Seminario Menor y en 1928 en el Seminario Gregoriano, en donde en 1934 fue ordenado sub-diácono y en 1935 diácono. El 7 de julio del mismo año fue ordenado presbítero y dos días después ya era el cura párroco de su ciudad natal. En 1937 fue nombrado vicerrector del Seminario Gregoriano en el que había sido ordenado, cargo que ocupó hasta 1947.

Después de dedicarse a dar clases de Teología dogmática y moral, Derecho canónico y arte religioso, el 15 de diciembre de 1958 fue nombrado Obispo de la Diócesis de Vittorio Véneto por Juan XXIII y consagrado como tal en la Basílica de San Pedro el 27 de diciembre del miso año. Después de tomar posesión de dicha diócesis el 11 de enero de 1959, ejerció su ministerio durante once años. En 1962 el Obispo Luciani asistió a la apertura del Concilio Vaticano II en Roma.

El 15 de diciembre de 1969 el Papa Pablo VI le nombró Patriarca de Venecia, tomando posesión del cargo el 3 de febrero de 1970. El propio Papa Pablo VI le elevó a la dignidad cardenalicia el 5 de marzo de 1973.

PAPA JUAN PABLO I

El Cardenal Albino Luciani fue elegido Papa en la cuarta votación del Cónclave celebrado en 1978, un Cónclave inusualmente breve, el más corto del siglo XX. Fue nombrado Papa el 26 de agosto de 1978 y escogió el nombre de Juan Pablo I, convirtiéndose en el primer papa de la historia con un nombre compuesto, gesto con el que pretendía honrar a sus dos predecesores: Juan XXIII, que lo nombró obispo, y Pablo VI, quien le nombró Cardenal y Patriarca de Venecia.

Juan Pablo I eligió como lema de su papado la expresión latina “Humilitas’, que en español significa ‘humildad’, lo cual se reflejó en su polémico rechazo de la tiara e investidura papal en la ceremonia de entronización, sustituyéndolo por una simple investidura, en contra de lo prescrito por la Constitución Apostólica ‘Romano Pontífici Eligendo’, promulgada por Pablo VI en 1975.

Juan Pablo I enseguida sorprendió con su simpatía y calidez personal, aunque hay voces que dicen que dentro del Vaticano era visto como un simple intelectual, inconsciente de las grandes responsabilidades del papado, aún cuando hay otros que alegan que esas voces son solo el resultado de una campaña lanzada por gente del propio Vaticano que se oponía a las políticas de Luciani, así como a su soledad y aislamiento de los demás.

Su impacto personal, sin embargo, fue doble: su imagen de hombre cercano y bondadoso enseguida cautivó al mundo entero. Según sus ayudantes, el Papa Juan Pablo I no era el ingenuo idealista que sus críticos querían hacer ver. Según el Cardenal Giuseppe Caprio, el Papa había aceptado conscientemente su cargo y siempre se mostró dispuesto a ejercerlo con total confianza.

SU FALLECIMIENTO

Cuando Juan Pablo I murió en 1978 bastaron unos minutos para que el mundo entero tuviera la noticia. Según el Vaticano, el Papa murió a causa de un infarto agudo de miocardio, pero ¿fue realmente esto lo que ocurrió? ¿Cómo podía saberse el motivo de su muerte a partir únicamente de un examen externo del cadáver? La gran pregunta fue unánime y no se hizo esperar: ¿Fue una muerte natural o un asesinato?

Juan Pablo I fue encontrado muerto en su cama por la Hermana Vicenza Taffarel, su asistente doméstica personal. Al parecer no se le hizo autopsia, lo cual, junto con declaraciones contradictorias realizadas tras la muerte del Papa, han dado lugar a una serie de teorías conspirativas en torno a su muerte. Los restos del Papa Juan Pablo I reposan en las Grutas Vaticanas desde el 4 de octubre de 1978.

HIPOTESIS EN TORNO A SU MUERTE

Como se ha mencionado anteriormente, el Vaticano afirma que Juan Pablo I falleció de un infarto estando en su cama y que no se llevó a cabo autopsia alguna, aunque dijeron que fue por la oposición de sus propios familiares. Algunos aspectos de esta declaración, sin embargo, fueron contradichos después.

En 1991 la familia del fallecido Papa reveló que la muerte no le sobrevino en la cama, sino estando en su escritorio. Además, y según otros informes, sí se le habría realizado la autopsia. Estas incoherencias, junto a otros factores de índole económica, han dado origen a teorías conspirativas que apuntan a que la causa de su fallecimiento fue por envenenamiento.

Juan Pablo I pretendía ahondar en las reformas iniciadas por Juan XXIII. La clasificación de las cuentas vaticanas era una de sus prioridades. Mientras fue Patriarca de Venecia, en 1972 el Banco Vaticano vendió al Banco Ambrosiano, propiedad de Roberto Calvi, la banca Católica del Véneto sin consultar al obispado metropolitano de Venecia, del cual Monseñor Albino Luciani era el jerarca. El responsable de esta acción fue el arzobispo Paul Marzinkus, lo cual llevó a varias desavenencias entre Luciani y Marzinkus, el responsable de la dudosa administración vaticana de entonces. Por otra parte, también en aquella época se suicidó Roberto Calvi colgándose del puente sobre el río Támesis en Londres.

La Banca Católica del Véneto estaba especializada en préstamos con bajos tipos de interés hacia los más necesitados y quizás por ello Monseñor Luciani tomó cartas en el asunto. Giovanni Benelli, sustituto del Secretario de Estado Vaticano, contó a Luciani que existía un plan entre Roberto Calvi, Michelle Sindona y Paul Marzinkus para aprovechar el amplio margen de maniobra que tenía el Vaticano. Además Marzinkus tenía abiertas cuentas bancarias en paraísos fiscales, y también participación en acciones en varias empresas.

Las extrañas circunstancias del deceso del Papa Juan Pablo I, un ataque cardíaco para alguien que gozaba de buena salud, y otros sucesos extraños. Como que la defunción no fuera certificada por el médico forense vaticano sino por otro doctor, así como lo precipitado de su embalsamamiento, dispararon la teoría de que en realidad Juan Pablo I fue asesinado.

La confesión inicial de la monja Sor Vicenza Taffarel, quien según ella encontró el cadáver del Papa, mantenía que lo encontró vestido aún en su cuarto de baño, con vómitos en el suelo. En la segunda versión la monja dijo que lo encontró en su cama, con documentos desordenados, y las gafas caídas en su rostro, ya despojado del hábito papal. Ambas declaraciones inducen a pensar que el Papa fue envenenado.

Algunos trabajos de investigación abundan en la mencionada teoría del envenenamiento, lo cual confirma el sacerdote español Jesús López Sáez en su libro ‘El día de la cuenta’. El Padre López presume que el Sumo Sacerdote fue envenenado con una fuerte dosis de un vasodilatador. En el libro ‘En el nombre de Dios’, el investigador inglés David Yallop defiende que el Papa fue envenenado por altos jerarcas de la Iglesia, en complicidad con mafiosos vinculados a la Banca Ambrosiana y a las hermandades secretas masónicas.

LA TEORIA VATICANA

En 1988 el Vaticano abrió sus puertas al periodista John Cornwell y le dio todo tipo de facilidades para entrevistar a los testigos de la vida y muerte de Juan Pablo I, incluso a algunos que nunca habían declarado públicamente sus vivencias.  La conclusión fue que parecía inverosímil que el Papa hubiese sido asesinado, atribuyendo su muerte a un conjunto de factores.

El Cardenal Jean-Marie Villot, Secretario de Estado vaticano en aquella época, reconoció que el carácter afable del Papa se vio aplastado por la burocracia vaticana, y también por el exceso de trabajo con que él mismo le había agobiado. También influyó la poca ayuda que el Papa recibió de su entorno para poder desarrollar su nueva función, e incluso por sus problemas de salud. Todo ello, combinado con el estrés y un posible descuido en la medicación, junto con la ausencia de tratamiento por parte de los médicos del Vaticano, pudo producirle una embolia pulmonar.

Sin embargo varias fuentes acusaron al periodista Cornwell de haber sido contratado por el propio Vaticano para dar una falsa información, ya que se demostró que Albino Luciani no tenía ninguno de los problemas de salud mencionados ni tomaba medicación alguna, lo cual ha dejado numerosas dudas sin resolver sobre la muerte del Sumo Pontífice Juan Pablo I.

CONCLUSION

Todo el mencionado asunto y sus conclusiones están ahora en las manos de Dios, que será quien finalmente juzgue el caso y a los que en él intervinieron, y aplique su sentencia final de acuerdo a la justicia divina.

Juan Pablo I se encuentra actualmente en proceso de beatificación por el Vaticano.

BIBLIOGRAFIA

Tornielli, Andrea; Zangrando, Alessandro (2000). Juan Pablo I: el párroco del mundo.

Roncalli, Marco (2012). Giovanni Paolo I: Albino Luciani. 

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