¡Menudo lío en la Iglesia!
He escuchado atentamente las palabras de don Santiago Martín y comulgo con cada una de ellas. La Iglesia está inmersa en un tremendo lío. Y si la Iglesia está mal, el mundo está mal.
¿Qué nos queda hacer a los católicos de base? Rezar, rezar y rezar para que Dios, en su Infinita Misecordia -la verdadera y no la falsa que algunos invocan- evite lo que parece inevitable humanamente el próximo 5 de octubre, con motivo del Sínodo de la Familia.
¿Qué nos queda hacer a los católicos de base? Rezar, rezar y rezar para que Dios, en su Infinita Misecordia -la verdadera y no la falsa que algunos invocan- evite lo que parece inevitable humanamente el próximo 5 de octubre, con motivo del Sínodo de la Familia.
Ya es gravísimo el mero hecho de someter al veredicto de una mayoría la Doctrina de Cristo en lo que a la comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente se refiere. O lo que es lo mismo, preguntar si es pecado cometer un sacrilegio. Es obvio que sí lo es, ateniéndonos, insisto, a la Doctrina de Cristo.
Pero si ésta se vulnerase entonces, la prudencia esgrimida ahora sería un acto de flagrante cobardía y un pésimo negocio para el alma.
PD: Me consuela, de momento, la avalancha de testimonios de lectores de Un juego de Amor (LibrosLibres).
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