¿Nacido para ser malo? Vuelve la idea de que el crimen es genético y debe vigilarse a «cierta gente»
Los “criminales natos” podían ser detectados a través de la presencia de una larga lista de “estigmas” como rostros asimétricos, frente muy curvada, grandes orejas e incluso ser zurdos (¡algo muy siniestro!).
Los criminales eran retrocesos biológicos atávicos, reversiones al estado de simio, hombre y mujeres condenados a vidas degeneradas.
En cambio, la criminología moderna insiste más en la educación y la galería de tipos criminales de Lombrosos ha sido desacreditada. Nuestro sistema legal asume la libre voluntad y la posibilidad de rehabilitación.
Pero la idea de que los chicos malos tienen genes malos puede estar volviendo otra vez.
¿Causa genética para crímenes sexuales?
Hace unas semanas, un estudio en el International Journal of Epidemiology dio la vuelta al mundo con titulares como “Sex offending is written in DNA of some men” (Los delitos sexuales están escritos en el ADN de algunos hombres, ndt).
Investigadores del Karolinska Institutet, en colaboración con la Universidad de Oxford, hallaron que familiares cercanos de hombres acusados de delitos sexuales como el abuso infantil o la violación cometen delitos semejantes con más frecuencia que los otros sujetos de comparación del estudio.
Ello, afirman, está causado más por factores genéticos que por el ambiente familiar. Según estos investigadores, casi el 2.5% de los hermanos o hijos de agresores sexuales convictos son, a su vez, agresores sexuales convictos mientras que el índice equivalente para hombres entre la población general es del 0.5%.
“Tener un padre o un hermano convicto por agresión sexual aumenta por 4 ó 5 las posibilidades de ser uno mismo encarcelado” si se compara con el grupo control, han dicho los investigadores.
De la prensa amarilla a la filosofía de universidad
Mientras el periódico londinense Daily Mail alzaba su voz con el titular “Sex crimes may run in a family´s male genes” (Los crímenes sexuales pueden estar en los genes masculinos de una familia, ndt), el fallecido Jimmy Savile, famoso artista británico que presuntamente había abusado de cientos de personas, muchas de las cuales niños, tenía un hermano (ya fallecido) que era también sospechoso de haber cometido varias agresiones sexuales. Verdad o no, el determinismo genético tiene un atractivo perenne.
Y no sólo para la prensa amarilla sensacionalista como el Daily Mail. Un filósofo utilitarista australiano, Julian Savulescu, actualmente profesor en Oxford, y un cierto número de bioeticistas han apoyado propuestas similares, como la de apoyar las investigaciones y la selección de embriones para eliminar aquellos que están predispuestos a rasgos como la agresión, la impulsividad, la avaricia y la incapacidad de sentir empatía.
“Las parejas tienen la obligación de hacerse pruebas en relación a ‘los genes asociados con la criminalidad’ y seleccionar a los embriones que tienen una menor tendencia a estos comportamientos,” ha argumentado Savulescu.
Rápidamente, los investigadores suecos insistieron en que los familiares de hombres como Jimmy Savile no necesariamente se convierten en monstruos. "Lo que es más importante es que esto no implica que los hijos o hermanos de los agresores sexuales se convierten inevitablemente, también ellos, en agresores", dijo el Professor Niklas Langstrom, el autor principal del estudio.
Como en Minority Report: culpable antes de actuar
Esto es algo que la policía debe saber. "A pesar de que las condenas por crímenes sexuales son relativamente pocas en conjunto, nuestro estudio demuestra que el aumento del riesgo vinculado a la familia es significativo. Un tratamiento preventivo en las familias de riesgo podría reducir el futuro número de víctimas".
La frase “tratamiento preventivo” evoca la siniestra policía PreCrimen de la película de Spielberg Minority Report. ¿Es esto en lo que están pensando? Hasta un cierto punto la respuesta es sí.
Ante todo, recomiendan que a los padres y hermanos de agresores sexuales se les ofrezca asesoramiento psicológico para fomentar su conciencia sobre los límites sexuales y ayudarles en la gestión de los conflictos.
Segundo, recibirán “ayuda psicológica y farmacología para ayudarles a disminuir los factores de riesgo como las distorsiones cognitivas, la inestabilidad emocional y la hipersexualidad”.
Si en Suecia se toman en serio estas sugerencias no es difícil imaginar un ejército de trabajadores sociales, profesores, genetistas y policías monitorizando a los familiares masculinos de los agresores sexuales desde el jardín de infancia hasta el asilo.
Se convertiría rápidamente en una pesadilla para los derechos civiles y en un despilfarro en funcionarios públicos.
Por suerte, hay pocas probabilidades de que esto ocurra.
La ciencia no asocia genes con violencias
Como periodista para Science, Emily Underwood comentó que estos hallazgos deben tomarse “con muchísima cautela” debido a las limitaciones en los datos. “Estamos aún lejos de determinar los genes que puedan explicar por qué una persona comete una violación u otro tipo de crimen sexual”.
Pero Nathaniel Comfort, historiador de la genética en la Universidad Johns Hopkins no estuvo tan comedido en sus comentarios. “¿Te lo puedes creer? ¿Una correlación familiar como vínculo genético para una predisposición al crimen? Esto es muy simplista; es como estar de nuevo en 1910. No es regreso al futuro; es llevar hacia adelante el pasado”.
Estamos aún lejos de llegar al corazón del determinismo genético.
(Publicado aquí en inglés en Mercatornet.com, traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)
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