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San Rosendo de Celanova, abad y obispo.

San Rosendo (o Rudesindo) de Celanova, abad y obispo. 1 de marzo.

Orígenes y nacimiento.
Fue Rosendo hijo de Don Gutierre Menéndez, de ascendencia regia, pues era pariente de los reyes Ramiro II de León y Alfonso IV de León, Sancho de Galicia, y del conde San Osorio Gutiérrez (31 y último domingo de agosto). Nació el 26 de noviembre de 907 y tuvos varios hermanos y hermanas, bien situados entre la nobleza y la Iglesia. Su madre, Santa Ilduara (20 de diciembre), al enviudar, fundó un monasterio de Santa María de Vilanova dos Infantes, donde fue abadesa. Una leyenda quiere que su nacimiento fue anunciado por San Miguel Arcárgel (29 de septiembre; 8 de mayo, aparición en Monte Gargano; 25 de abril, aparición en Roma; 17 de junio y 20 de noviembre, Iglesia Copta; 8 de noviembre, Iglesia oriental; 6 de septiembre, Iglesia oriental, las "maravillas de San Miguel"; 19 de septiembre, milagro de San Miguel en Colosas; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel; 26 de marzo, Iglesia Oriental, la synaxis de los arcángeles, 25 de abril, milagro en Tlaxcala) a su madre, que lloraba porque todos sus hijos morían al nacer. Le dijo el arcángel: "Alégrate, Ilduara, que tu oración ha sido atendida. He aquí que concebirás y darás a luz un hijo que será grande delante de Dios y de los hombres".

Otra leyenda dice que su madre le quiso bautizar en la iglesia de San Salvador, pero como no había pila bautismal, hubo de trasladarse junto al sacerdote a una colina cercana. Yendo de camino, el carro se descompuso, perdió una rueda y siguió con una sola, pero sus ocupantes ni cuenta se dieron hasta llegar a la cima. Otra versión quiere que el arcángel San Miguel llevara la pila hasta la iglesia, mientras que en villa de San Tirso, que se proclama cuna del santo, la iglesia de San Miguel do Couto, exhibe la pila bautismal del santo. A saber...

Servicio a la Iglesia y al reino.

Estudió Rosendo en Dumium (actual zona de Mondoñedo), junto a su tío el obispo Savarico, se formó en latín, filosofía, teología, retórica y música. Las "vitae" tradicionales le quieren estudiando y tomando el hábito en los monasterios de Santa Cruz de Puertomarín o San Salvador, donde le sorprendería el nombramiento, por sus influencias familiares y sus virtudes, para suceder a su tío Savarico en la mitra, con solo 18 años. Como obispo emprendió una reconstrucción de iglesias y monasterios, de arbitraje entre partes enfrentadas. Se enfrentó al drama de siervos esclavizados, y comenzó una "cruzada" por su liberación, empezando por los del palacio episcopal y sus territorios.

Entre 930 y 935 tuvo una revelación de fundar un monasterio donde se diera culto y gloria a Dios. En 945 lo terminaba, e inaguraba, el monasterio de Celanova, nombrando abad a San Franquila (29 de septiembre). Aquí acudió al poco tiempo, renunciando al obispado para ser un monje más. Leyendas le quieren asistido por su ángel de la guarda en la oración, predicación o milagros, como si fuera poco ser santo en medio de tanta componenda política, militar o eclesiástica. Poco duró ahí, pues fue mandado por el rey Ordoño III a ocupar el gobierno de Galicia como virrey, con lo que le tocó dedicarse al gobierno civil y a las armas. Costoso le fue, sin duda, pero fue hábil estratega en las luchas contra los normandos y los sarracenos, que invadían Galicia de vez en cuando, unos desde el norte y otros desde el sur. En 968, lograda la paz, se retiró de nuevo a Celanova, donde ya era abad San Manila. Otra vez fue requerido por un rey, esta vez fue Sancho I de León, que le mandó tomar, como comisionado o administrador, y reformar la iglesia de Iria-Flavia (primitiva sede de Compostela). Reformó la iglesia local, restauró templos, promovió la moral del clero, asistió junto a San Pedro de Mezonzo (10 de septiembre), que sería abad de Antealtares y obispo de Santiago, a un concilio en León.

Finalmente, en 974, luego del asesinato del rey Sancho, regresó a su monasterio de Celanova a vivir como un monje más. Tres años vivió en oración, penitencia y caridad, dando ejemplo a los demás monjes. Murió la noche del 1 de marzo de 977. Muy pronto fue considerado santo por el pueblo gallego, la orden benedictina, y la corona leonesa, antes de su beatificación y canonización oficiales, que llegaron como confirmación del culto establecido ya. Fue beatificado por el legado pontificio de Clemente III, Jacinto Bovone, y canonizado por el mismo personaje, pero ya papa con el nombre de Celestino III. Sus reliquias principales están en Celanova desde el día de su muerte, aunque se han llevado algunas a Roma, Ourense, el Escorial, Santiago o Mondoñedo.

Su culto está ceñido a zonas del norte de España y cruzando el Atlántico, en Cuba, donde es patrono de la provincia y diócesis más occidental, Pinar del Río. Fue elegido por la gran emigración gallega en esas tierras, fundándose una pequeña ermita en su honor en 1710. El santo obispo Diego Avelino de Compostela la erigió en parroquia en 1688. En 1833 se erige la actual iglesia, que León XIII la designó como catedral al crear la diócesis en 1903. Es una sobria catedral neoclásica en la que se venera una imagen muy antigua, "de candelero" pero lamentablemente revestida en yeso, probablemente a inicios del siglo XX en que se puso de moda hacer esos cambios.

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