El padre Isaac, herido en la Guerra Civil, tiene 100 años, visita ancianos más jóvenes y fuma puros
“Un ejemplo de veteranía de toda una vida dedicada a ayudar a los demás y a predicar la palabra de Dios”, según señaló el delegado diocesano para el Clero, Ovidio Álvarez, quien remarcó que “don Isaac va desgranando estos años de su vida con entusiasmo, de manera optimista, rodeado de la familia y como dice él ‘esperando de la vida lo que Dios nos quiera dar’”.
El párroco más longevo de la Diócesis de León vive actualmente en La Virgen del Camino, atendido por su familia, y allí mantiene su vocación de ayuda a los demás con una visita que hace semanalmente a la residencia de Mensajeros de la Paz; asiste diariamente a misa en la Basílica, reza el oficio divino y el rosario todos los días, por las tardes acude al Hogar del Jubilado donde juega la partida y “allí no falta una buena faria”, relató Ovidio Álvarez al trazar el perfil de don Isaac, de quien recordó que asegura “es porque me las compran mis sobrinas y siguen trayéndolas así que sólo fumo una al día y no noto que me haga daño”.
Herido en la Guerra Civil
Don Isaac González Fernández nacía el 4 de abril de 1916 en La Virgen del Camino, en una familia profundamente cristiana de cinco hermanos y comenzó muy joven estudios de latín y humanidades en la Preceptoría de San Feliz de Torío. Continuó su formación en el Seminario de León pero esta etapa se vio interrumpida por la Guerra Civil y tras ser movilizado en el frente de Huesca retorna a su casa natal después de resultar herido, donde prosiguió sus estudios eclesiásticos trasladándose a Valladolid porque el Seminario de León se encontraba cerrado.
El 7 de junio de 1941 fue ordenado sacerdote por el entonces obispo de León, Carmelo Ballester Nieto, y el 1 de septiembre comenzó su andadura pastoral en la provincia de Palencia, en las parroquias de Verdeña, Vañes, Estalaya y Ventanilla. Tras esta etapa, el 3 de abril de 1951, después de haber tomado parte en el concurso a parroquias fue trasladado a Montejos, donde ejerció su ministerio como párroco durante más de medio siglo, con responsabilidades también como doblante en la parroquia de Valverde de la Virgen y en Ferral. El 18 de octubre de 2002 recibió la jubilación canónica y pasó a ser párroco emérito de Montejos.
Después de esta reseña biográfica de agradecimiento, el obispo Julián López entregó a don Isaac un cuadro en el que figuran todas las parroquias en las que ha servido durante su ministerio sacerdotal con una leyenda de agradecimiento por su “servicio buenos y fiel”-“Servus bonus et fideles”.
El obispo manifestó “la profunda admiración ante hombres como don Isaac, que han sabido entregar su vida de este modo al Señor, a la Diócesis, a la Iglesia” y expresó su asombro “porque don Isaac a mí me deja apabullado, simplemente, ¡ya era sacerdote antes de nacer yo!”.
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