¿Es posible iniciar un matrimonio feliz hoy?
Se trata del documento conclusivo de los diálogos y discusiones del Sínodo de la Familia, realizado en dos partes, en los meses de octubre de 2014 y 2015 en el Vaticano en el que participaron obispos de todo el mundo, encabezados por el Papa.
Leer esta exhortación apostólica con calma para digerirla por ser densa y extensa (277 páginas) es la recomendación que hace el Papa en su introducción.
El Pontífice destaca en su primer capítulo la presencia constante de la familia en las Sagradas Escrituras. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están llenos de historias, poemas, metáforas y consejos para que la familia sea aquel espacio cálido de amor y exigencia para los esposos y de crecimiento para los hijos. Un mensaje que permanece en los siglos. El Papa destaca que Dios se haya querido encarnar en el seno una familia de Nazaret que también hoy tiene tanto que enseñarnos.
En el segundo capítulo denominado “Realidad y desafíos de la familia”, Francisco expone con preocupación varias características de la cultura actual que han minado la institución familiar.
El individualismo, el temor a la soledad vs la protección del propio espacio, el temor al compromiso, ver a los jóvenes presos de una cultura de lo provisorio, las ideologías que desvalorizan el valor de una promesa, la concepción meramente romántica del amor, la revolución sexual, el miedo a la sobrepoblación, el fenómeno de las migraciones y deportaciones que separan tantas familias, el machismo y la “vergonzosa violencia contra la mujer” vs el feminismo que busca erradamente anular las diferencias intrínsecas entre ambos sexos o la maternidad vista como un derecho o como un proyecto individual y no como un don.
También expone los efectos de la ideología llamada gender que presenta una identidad personal y una intimidad afectiva desinvolucradas con la diversidad biológica, lo que busca a veces anular las diferencias que hacen tan rica la relación de complementariedad entre el hombre y la mujer.
Y reitera lo dicho en otras audiencias sobre el tema: su pena al ver que tantos jóvenes no se atreven a asumir la aventura de formar un hogar porque se han dejado aprisionar por el temor y el desencanto.
Y aún, en medio de tantos desafíos, el Papa en su exhortación destaca que el matrimonio no es una institución pasada de moda. Que hoy también es posible vivir las notas de esta unión que son la exclusividad, la indisolubilidad y la apertura a la vida. Exhorta, desde su experiencia pastoral, a que las familias no pierdan esa capacidad de amar, que la aceptación y el diálogo son fundamentales. Invita a ver el matrimonio con realismo, sin idealizaciones y no como un rito externo.
Espero en futuras columnas seguir comentando este rico documento en el que el Papa destaca de manera muy positiva la belleza del matrimonio, donde invita a los jóvenes a emprenderlo, a los adultos a perseverar en esta decisión (aunque a veces la cuesta esté muy empinada) y donde felicita a los ancianos que con perseverancia han llegado a la meta de amarse para siempre.
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