Deconstruir: Reto de la educación actual.
Los colegios; especialmente, aquellos que se identifican como católicos y cuya tradición humano-cristiana sí que cuenta con sólidos fundamentos filosóficos, deben deconstruir en casos específicos, favoreciendo la libertad y la verdad, tanto desde una perspectiva moral como científica. Se trata de un aporte que bien podemos llamar de frontera o, dentro del lenguaje bíblico, profético, no obstante los riesgos y presiones que llegan a producirse. No es imponerse o ser autorreferenciales, sino dialogar desde la propia identidad y, por medio del debate académico, aclarar aspectos que, de pasarse por alto, traerían consigo un notable retroceso en materia de Derechos Humanos, entre los cuales se encuentra la libertad religiosa en el campo de la enseñanza. Por lo tanto, las legislaciones deben considerarlo y, de no hacerlo, queda la opción del Juicio de Amparo.
Deconstruir, era algo habitual en la antigua Grecia. Sócrates (470 a.C.-399 a. C.), lejos de ir directo al grano y decirle a sus alumnos: “están equivocados”, empleaba una vía que, no obstante los siglos, resulta de utilidad para el mundo de hoy. ¿Qué hacía? Cuestionaba los argumentos de los estudiantes de manera que los llevaba a considerar si eran realmente sólidos. Cuando tomaban consciencia de estar equivocados, practicaban la deconstrucción del error, para dar paso a nuevos conceptos. Es lo que nos toca, porque en ningún caso se trata de un tipo de manipulación, sino de una sana confrontación para que no se dejen llevar por “slogans” aparentemente argumentos que, en realidad, son fáciles de echar abajo. Tampoco significa que los alumnos nunca tengan razón. Es, ante todo, ayudarlos a pensar y que no sean presas de las corrientes superficiales que pretenden erradicar los valores de la sociedad, mostrándolos como algo pasado, intolerante y, por ende, retrógrado, cuando, en realidad, son los que, en un mundo dividido, pueden generar una nueva forma de convivir, de alcanzar la paz pese a las tensiones.
Deconstruir, ayuda a pensar, a mirar más allá de lo aparente. Es lo que el cristianismo ha venido haciendo. Por ejemplo, el final de la esclavitud en no pocas legislaciones, se debió al aporte de los cristianos que, desde el corazón del Imperio Romano, lograron paulatinamente una clara deconstrucción de lo que, hasta el momento, era considerado como algo positivo. Y así podemos mencionar otros casos en los que, corriendo muchos riesgos, se impulsó la verdad. Los colegios tienen esa tarea.
Link del audio del mes, titulado: "La crisis postmoderna que nos lleva a reafirmar la tarea de los colegios católicos en la sociedad": http://ift.tt/2n1EHCA
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