Lleva 80 años de misionera y celebra en Japón sus 110 años con castañuelas y el «Que viva España»
De carácter "muy alegre y bondadoso", según sus familiares, parte de los cuales residen en Valencia, "le encanta tocar las castañuelas" y así ha ofrecido un recital a sus compañeras de comunidad y familiares en Tokio en el que ha interpretado con castañuelas, entre otras, la canción "Que viva España".
La religiosa, que ingresó en las adoratrices tras unos ejercicios espirituales que recibió en los años veinte del pasado siglo, fue destinada a Japón en 1936, viaje que realizó en barco y que le llevó dos meses. Cuando se inició la Segunda Guerra Mundial, tres años después de su llegada a Tokio, Victoria de la Cruz tuvo que marchar a las montañas de Karuizawa, al norte de la capital, junto a las religiosas de su comunidad.
La propia religiosa, en declaraciones a la agencia AVAN, relató que "estuvimos en las montaña de Karuizawa, lejos de Tokio, con muchísimo frío y poca comida, y pasamos de todo hasta que acabó la guerra y nos marchamos a la ciudad de Yokohama, al sur de la capital".
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