Un cura antifascista y otro maestro de sindicalistas: el Papa visita sus tumbas y los homenajea
El Pontífice llegó a Bozzolo a las 8:55, aterrizó en el campo deportivo y saludó a las autoridades. Después acudió a la parroquia, ante la tumba de Primo Mazzolari.
Mazzolari (1890-1959) es considerado un predecesor del Concilio Vaticano II en sus ideas sobre la libertad religiosa y el diálogo con los alejados. Durante la II Guerra mundial salvó a muchos judíos y a otras personas que huían del régimen fascista. Y acabada la guerra, salvó a otras personas que corrían peligro porque se las relacionaba con el régimen caído.
El Papa Francisco puso un ramo de flores a los pies de una imagen del Corazón de Jesús y permaneció algunos minutos en oración silenciosa delante de la tumba. “He venido aquí a Bozzolo y después a Barbiane, siguiendo las huellas de dos párrocos que han dejado una estela luminosa, pero también ‘incómoda’, en su servicio al Señor y al pueblo de Dios”. Y reiteró que “los párrocos son la fuerza de la Iglesia en Italia”. Recordó que el Beato Pablo VI indicó que don Mazzolari “caminaba adelante con un paso demasiado largo y con frecuencia no se lograba seguirlo”.
Las 3 enseñanzas del padre Mazzolari
Para Francisco, el trabajo de Mazzolari tiene 3 símbolos: el río, las granjas y la llanura.
El río es el río de la vida, con la gente, su sufrimiento, que fluye. Hay que meterse en el río, "mojarse". Hay que evitar el quedarse a un lado, el criticar sin ayudar y el “activismo separatista”, que construye instituciones cristianas, cooperativas, sindicatos... pero “puede generar una comunidad cristiana elitista” que “favorecen las clientelas con etiquetas católicas”. También hay que evitar el “sobrenaturalismo deshumanizante”, refugiarse en devociones que “derivan en un apostolado débil y sin amor”.
El segundo paisaje son las granjas, que “eran una familia de familias”. Servirlas implica salir, acudir a ellas. Mazzolari intentaba llegar a la gente "saliendo", con un método de apostolado que buscaba “proponer el discernimiento como el camino para interpretar el ánimo de cada hombre”. También supo “dar valor a la necesaria gradualidad”, o sea no exigirle a todos la perfección sino invitarlos a “dar lo mejor de sí”. El Santo Padre recordó que esto le valió un llamado de atención, que aceptaba “de rodillas besando la mano de su obispo”.
El tercer escenario es el de la gran llanura, "la llanura sin confines". Representa su coraje al “enfrentar guerras y totalitarismos, luchas fratricidas, la dificultad de la democracia en gestación, la miseria de su gente”. Mazzolari invitaba a amar a los pobres como son, “sin hacer cálculos sobre la pobreza, sin pretensiones o derechos de hipoteca, ni siquiera aquella de hacerlos ciudadanos del reino de los cielos, y mucho menos volverlos prosélitos”. Viviendo además “como párroco pobre y no como pobre párroco”.
El Papa concluyó: “Con este espíritu de comunión fraterna, con ustedes y con todos los curas de la Iglesia en Italia, quiero concluir con una oración a don Primo, párroco enamorado de Jesús y de su deseo de que todos los hombres tengan la salvación”.
Así vivió Primo Mazzolari
Mazzolari nació en 1890 en una familia de campesinos. En 1902 entra en el Seminario de Cremona y en 1912 es ordenado sacerdote. En 1914 fue a Suiza a atender a emigrados italianos repatriados desde Alemania.
En 1915 Italia entra en la Gran Guerra y el padre Mazzolari es soldado en Génova, caporal en el hospital militar de Cremona luego, y por último capellán militar. A su regreso el Obispo lo nombra párroco de Cicognara.
Inflexible en su oposición al fascismo, en 1932 es nombrado párroco de Bozzolo donde inicia un camino eclesial y pastoral, literario y social, ligado a los movimientos políticos italianos. Colabora con la resistencia partisana, movimiento armado de oposición al fascismo y a las tropas de ocupación nazis instaladas en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Fue arrestado tres veces, buscado por los alemanes con orden de busca y captura. Se escondió en Gambara y luego en Bozzolo.
En 1949 fundó el periódico Adesso, para evangelizar a los más pobres y a los campesinos... pero las autoridades eclesiásticas no lo veían bien y le aplicaron hasta 10 sanciones por eso. En 1954 el Santo Oficio le prohíbe predicar fuera de la diócesis y escribir, pero más tarde el Papa Montini lo invita a predicar en la Misión de Milán y Juan XXIII lo recibe en audiencia privada. Murió en Bozzolo con 69 años. El presidente de la Fundación Mazzolari y postulador de la causa de beatificación afirma: “La propuesta del padre Mazzolari es la propuesta de un cristianismo que pone en el centro la misericordia de Dios”. Es un pastor que buscaba a los alejados, atento "a los que no estaban, a los ausentes".
En Barbiana, con un cura enamorado de la escuela
La segunda etapa en la peregrinación del Papa fue Barbiana en las inmediaciones de Florencia, donde llegó a las 11.30 y fue recibido por el cardenal y arzobispo Giuseppe Bertori y las autoridades civiles.
De allí fue al cementerio para la visita privada a la tumba del sacerdote y maestro Lorenzo Milani. En la parroquia saludó a algunos discípulos y ex alumnos de Milani.
“Vine a Barbiana para rendir homenaje a la memoria de un sacerdote que dio testimonio de cómo en el donarse a Cristo, se encuentran a los hermanos en sus necesidades y se los sirve”, dijo el Papa Francisco.
Indicó que la escuela para don Lorenzo "no fue una cosa distinta de su misión de cura, sino el modo concreto de desarrollar esta misión”, ya que es necesario “dar a los pobres la palabra, porque sin la palabra no hay dignidad y por lo tanto ni siquiera libertad y justicia. Esto nos enseña don Milani”.
El Papa afirmó que “sin esta sed de absoluto se puede ser buenos funcionarios de lo sagrado, pero no se puede ser sacerdotes, verdaderos sacerdotes capaces de volverse servidores de Cristo en los hermanos". Exhortó por ello a los sacerdotes a “ser hombres de fe, de una fe inquieta, no aguada y hombres de caridad pastoral hacia todos aquellos que el Señor nos confía como hermanos e hijos”. Y que don Lorenzo “nos enseña a amar a la Iglesia, como él la quería” reconociendo que “las verdades pueden crear también tensiones, pero nunca fracturas”. Un sacerdote “transparente y duro como un diamante” sigue transmitiendo la luz de Dios en el camino de la iglesia, dijo.
Así vivió Lorenzo Milani
Lorenzo Milani nació en Florencia en 1923 en una familia culta y rica. Su madre era de origen judío. En 1947 fue ordenado sacerdote. En San Donato fundó una escuela nocturna para jóvenes trabajadores y campesinos de la parroquia. Años más tarde se le encomendó una pequeña parroquia de montaña, Barbiana. Allí creó otra escuela popular nocturna similar a la de San Donato.
En 1956 renuncia a la escuela nocturna para los jóvenes, y organiza para los primeros seis chicos que habían terminado la primaria estatal, una escuela de iniciación industrial. En mayo de 1958 publica su libro “Experiencias pastorales”, iniciado ocho años antes en San Donato. Ese mismo año el libro es retirado de la venta por orden del Santo Oficio, porque considerarse inapropiada su lectura. Realiza diversos escritos, entre ellos la “Carta a una Maestra”. Inicia un método pedagógico de educación no tradicional que se convierte en un movimiento educativo laico a favor de los pobres. Muere tras una larga enfermedad en 1967 a los cuarenta y cuatro años de edad.
Escribe el padre Giancarlo Pani, vicedirector de "La Civiltà Cattolica": "el objetivo de la escuela de don Milani era formar a los chicos como maestros, sindicalistas o trabajadores con plena conciencia civil y responsabilidad social. Por esto el punto cardinal de la pastoral del prior de Barbiana era la escuela".</span>
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