El Papa anima a pedir discernimiento para leer los signos de los tiempos y rechazar al Maligno
De este modo, el Papa habló de los rígidos, de los que dijo que siempre “vuelven sobre la misma pregunta, son incapaces de salir de ese mundo cerrado, son prisioneros de las ideas. Han recibido la ley que era vida, pero la han ‘destilado’, la han transformado en ideología y así dan vueltas, dan vueltas y son incapaces de salir de cualquier novedad porque para ellos es una amenaza”.
El "equilibrio" de la Iglesia
El Papa puso de ejemplo, tal y como recoge Aciprensa, a los discípulos, quienes “permanecieron dóciles al Espíritu Santo para hacer algo que era más que una revolución”, “un cambio fuerte” y en el centro estaba “el Espíritu Santo: no la ley, el Espíritu Santo”.
“La Iglesia era una Iglesia en movimiento, una Iglesia que iba más allá de sí misma. No era un grupo cerrado de elegidos, una Iglesia misionera. Es más, el equilibrio de la Iglesia, por así decir, y era precisamente la movilidad, en la fidelidad al Espíritu Santo”.
Francisco mencionó que “alguno decía que el equilibrio de la Iglesia se asemejaba al de una bicicleta: está parada y va bien cuando está en movimiento; si tú la dejas parada, cae. Es un buen ejemplo”.
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