Fidelidad misionera

Recogido de Infovaticana
 

Entregó su alma a Dios el pasado 28 de enero a causa de una afección cardíaca. 

 

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Monseñor Emile Destombes, vicario apostólico de Phnom Penh de 2001 a 2010, falleció el pasado 28 de enero a causa de una afección cardíaca. El prelado es recordado por su dedicación apostólica, aún a riesgo de su propia vida, en tiempos convulsionados cuando se instauró el régimen de Pol Pot, que significó la persecución de la Iglesia y la eliminación sistemática de un cuarto de la población total del país.

“Nos quedamos, pase lo que pase. Estas son las palabras que el Padre Emile escribió el 8 de abril de 1975, unos días antes de la entrada de los khmer rojos en Phnom Penh”, relató en la homilía del funeral de Monseñor Destombes el actual vicario apostólico de Phnom Penh, Monseñor Olivier Schmitthaeusler.

“Emile estaba allí, entre las personas que habían aceptado generosamente dar su vida, enviado por las Misiones Extranjeras de París en 1964. Es bueno mirar al Señor, que se entregó por nosotros – le gustaba decir en esos días – para que podamos tener vida en abundancia”.

De hecho, Monseñor Destombes fue uno de los últimos extranjeros en permanecer en el país tras el inicio del régimen, refugiado en la embajada de Francia, sin certeza de poder sobrevivir. Durante su exilio formó a seminaristas misioneros en París y sirvió durante 10 años en Brasil.

En 1989, cuando se retiraron las fuerzas vietnamitas en Camboya, regresó a Asia, ayudando a los refugiados en Bangkok, Tailandia. Más adelante se convirtió en el primer sacerdote extranjero en regresar a Camboya y obtuvo del nuevo gobierno el reconocimiento oficial de la Iglesia Católica en el país.

En la Solemnidad de la Pascua de 1990 se celebró la primera Eucaristía pública multitudinaria del país desde 1975. Monseñor Destombes trabajó en la reconstrucción de la Iglesia, cuya comunidad de creyentes fue activamente perseguida durante el régimen de Pol Pot. En 1995 participó en la primer ordenación sacerdotal en 22 años. Fue nombrado Obispo coadjutor en 1997 y finalmente Vicario Apostólico en 2001.

“¡Qué maravilloso signo de vida ofrecida, que ha terminado con la celebración eucarística. Su última palabra fue ¡Sí!”, expresó Monseñor Schmitthaeusler en su homilía. Monseñor Destombes vivió “la plena confianza en Dios (…). Con él, la Iglesia en Camboya ha iniciado un proceso de crecimiento, en el compromiso con la educación, con la llegada de muchas congregaciones religiosas, en la compra de terrenos, en la puesta en marcha de nuevas comunidades y en la construcción de numerosas capillas. Por lo que hoy toda la Iglesia camboyana lo recuerda con gran gratitud”.

Descanse en paz

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