«Haga lo imposible por liberarme»: la monja misionera secuestrada en Malí pide la ayuda del Papa
El próximo 7 de febrero se cumplirá un año desde que fue secuestrada la religiosa misionera Gloria Cecilia Narváez por un grupo de yihadistas armados en Malí. Este lunes, los secuestradores han enviado un vídeo en el que sale la monja colombiana de 56 años a la agencia mauritana Al Akhbar. En él, la monja pide ser liberada.
La agencia, con relación con los grupos yihadistas, recibió un vídeo de casi 5 minutos del Frente Al Nusra, organización que agrupa ahora a los principales grupos yihadistas activos en el Sahel.
El mensaje al Papa
Según informan agencias de noticias internacionales como EFE, Al Akhbar, que no enseña el vídeo, dice que en las imágenes “la rehén colombiana suplica al Papa del Vaticano que intervenga para liberarla”.
“Haga hasta lo imposible por liberarme”, le dice al Papa la monja, y le recuerda que el 7 de febrero próximo se cumplirá un año exacto desde que fue secuestrada en una iglesia de una zona rural del norte de Malí.
Para demostrar la actualidad de la grabación, la rehén menciona al Pontífice su reciente visita a Chile y otros países de América Latina.
Al final del vídeo, grabado en inglés, los secuestradores acusan a “la fuerza que ocupa la región entorpecer las negociaciones para cerrar el caso de Gloria Narváez”, y proponen “negociar por medio de organizaciones benéficas independientes ajenas a la fuerza colonialista”.
Seis años en el país ayudando a niños pobres
Precisamente las autoridades colombianas declararon el pasado septiembre que trabajaban “con organismos de inteligencia, especialmente la misión internacional que hay allá, encabezada por Francia”, según el director del Grupo Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía colombiana (Gaula), general Fernando Murillo. El mando policial precisó entonces que la monja tenía problemas de salud en una pierna y en los riñones.
La hermana Narváez, de lasFranciscanas de María Inmaculada , lleva 12 años en el continente africano, seis de los cuales los pasó en Benín y los seis siguientes, en Malí. “Es una mujer muy entregada, una educadora que sabe ver cuáles son las necesidades de las personas”, dijo la hermana Noemí Quesada, superiora de la congregación en Bogotá. “Les pedimos a los cristianos que oremos por la liberación de ella y la de tantos cristianos retenidos en oriente”, apuntó Quesada.
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