Derecho, orden y poder
En la perspectiva de la actividad política, el Derecho se nos presenta como la institucionalización del orden. El Derecho por la relación esencial que guarda con la idea de la justicia es un principio de orden.
- La justicia da a cada uno "su derecho", lo suyo; esto es, aquello que está determinado a la utilidad de un sujeto para su subsistencia y desenvolvimiento, siendo el último eslabón de esa justicia, nuestra vida personal; no la tuya o la mía, sino la nuestra. Así pues, el Derecho se nos revela como un instrumento de nuestra vida, pues da lo suyo a cada uno, da lo que se deben entre sí los miembros de una comunidad (justicia conmutativa), y da también lo que debe la comunidad a sus miembros (justicia distributiva). El Derecho define las distintas posiciones y relaciones, distribuye y coordina los elementos de la convivencia humana (hombres, cosas, e instituciones) estableciendo el orden social. Realiza en definitiva una doble función: servir al hombre y definir un orden social.
El derecho al estar al servicio de fines objetivos personales y sociales, se vincula a valores que operan sobre la conciencia de los hombres. Esto es, en la conciencia de todos los hombres hay una intuición (más o menos clara y acertada) de la injusticia padecida y de la justicia deseada. Así es, el derecho tiene impulsos humanos propios que lo respaldan. Y aunque pueden ser circunstancialmente doblegados, nunca son anulados. Por eso el Derecho nunca debe ser considerado, como puro instrumento del poder o de la voluntad de uno o de muchos. Es un error, y un peligroso error, identificar el derecho (o la ley) con la voluntad del gobernante, o con la voluntad general o con la voluntad de una clase social.
Por todas estas razones, el Derecho, tiene un sentido y un valor autónomo (la realización de un orden justo) que lo constituye con una fuerza social propia, permitiéndole reaccionar incluso sobre el mismo poder que lo establece. Es necesario comprender bien el sentido de la relación entre el derecho y el poder, y así tenemos,
En primer lugar, hay que distinguir la realidad social y espiritual de la comunidad política como una organización que está al servicio de unos fines comunes, del derecho que es uno de los elementos de esa organización.
En segundo lugar, el derecho no es creado por el poder, ya que el derecho está vinculado como hemos dicho antes, a valores trascendentes como la justicia, pero sin embargo es definido por el poder político, bien bajo la forma de leyes, bien respaldando la autoridad de las sentencias de los jueces como órganos de un poder público organizado etc...
En tercer lugar, el derecho es aplicado y sancionado por los órganos del poder político, que le dan así una característica perfección, pero tiene sanciones propias, como por ejemplo, la opinión pública, y se cumplirá espontáneamente por los hombres en cuanto satisfaga las necesidades de una convivencia justa y pacífica.
En cuarto lugar, el poder político garantiza fundamentalmente la seguridad del Derecho, y lo hace centralizando la definición y sanción del Derecho.
Finalmente, el poder necesita del Derecho para imponer su orden, y al crecer el orden, el poder queda envuelto por ese mismo Derecho que crea.
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