Desafiando el miedo, cientos en Lahore honran a las víctimas y piden acción contra los yihadistas
Si bien los talibanes de la Tehreek-e-Taliban Pakistan, Jamaat ul Ahrar, reivindicaron el ataque diciendo que el mismo estaba dirigido a los cristianos, la policía confirmó la muerte y las heridas provocadas también a muchos musulmanes.
Los participantes en eI encuentro del lunes por la tarde recordaron a todos los que perdieron la vida y pronunciaron eslóganes contra quienes asesinan, contra sus sostenedores y contra sus financiadores.
La ineficacia del gobierno paquistaní
Pidieron con fuerza al gobierno que en lugar de limitarse a predicar contra el terrorismo, haga algo concreto para salvar la vida de la gente.
Interviniendo en el encuentro, Abdullah Malik, presidente de las Asociaciones de la Sociedad civil, dijo estar “profundamente golpeado por la pérdida de vidas preciosas” ,a la vez que expresó su “solidaridad hacia las víctimas y sus familias”, y subrayó “el fracaso del gobierno y de quienes son responsables de la seguridad” en “frenar las actividades terroristas” y su incapacidad para “detener a aquellos que están involucrados de modo directo o indirecto”. “Es tiempo –agregó- de que el gobierno muestre seriedad y tome medidas contra la red terrorista de manera inmediata, sin discriminación alguna”.
Samson Salamat, presidente de la organización multi-religiosa Rwadari Tehreek, que promueve la paz y la tolerancia, denunció la situación del país, donde “nuestros niños son privados del derecho al juego y a la educación, porque carecen de seguridad y viven amenazados y en terror”. Inmediatamente después del atentado en el parque de Lahore, la Rwadari Tehreek hizo un llamamiento, dirigido tanto a sus miembros como a la sociedad civil, para alentar a cristianos y a musulmanes a donar sangre para los heridos en los hospitales de la ciudad.
“Esto ya ha superado todos límites posibles –dijo Salamat – y nosotros solicitamos la atención del gobierno, del aparato estatal y de los partidos políticos para que emprendan una doble estrategia a corto y a largo plazo, orientada a hacer frente a la cultura del odio, del extremismo y de la violencia en nombre de una religión o secta. Reclamamos hechos en la práctica, y no sólo palabras”.
Peter Jacob, director del Centro para la Justicia social, hablando con AsiaNews, destaca que los talibanes, al reivindicar el atentado de Lahore, quieren desafiar al gobierno en su pretensión de luchar contra el terrorismo. “La comunidad cristiana –dice- es sólo una víctima de este banal conflicto de poder. El ataque suicida al parque Gulshan-i- Iqbal coincide con las manifestaciones a favor de la Ley de Blasfemia en Islamabad, que el gobierno no ha querido afrontar”.
Más seguridad en la cárcel de Asia Bibi
Hace dos días que cientos de extremistas islámicos están instalados frente al parlamento de Islamabad, pidiendo la aplicación de la sharia y la horca para Asia Bibi, la madre cristiana condenada a muerte por blasfemia, quien hace cinco años espera un proceso de apelación. La sentada se inició al cumplirse un mes de la muerte de Mumtaz Qadri, quien es considerado un héroe. Qadri fue ahorcado por haber asesinado al gobernador del Punjab, Salman Taseer, por querer cambiar las leyes sobre blasfemia y ayudar a Asia Bibi.
El ejército aumentó la seguridad en la prisión de Multan, donde se encuentra la mujer, por temor a que intenten asesinarla.
Sunil Malik, director de la Fundación por la paz y el desarrollo humano, pide una mayor intervención de los militares en la lucha contra el terrorismo, pero también un compromiso para erradicar el sectarismo en todas sus formas: “en los textos escolares, en las prédicas en la mezquita, en las conversaciones de salón”.
Para Joel Amir Sahotra, un político cristiano, existe una lisa y llana “negligencia del gobierno” en lo que hace a la protección de los grupos minoritarios, puesto que éste busca “mantener el poder sosteniendo los elementos religiosos extremistas…Por su parte, los jueves fallan en la condena de la gente implicada en los ataques terroristas. Gobierno y jueces están bajo el control de grupos religiosos: ellos jamás llevan a cabo acciones contra estos elementos, a pesar de que es sabido que los mismos conspiran para atacar a las minorías religiosas y difundir el sectarismo”.
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