Francisco acudió por sorpresa a un encuentro de jóvenes en Greccio, donde se inventaron los belenes

El Papa Francisco llegó este lunes por la tarde por sorpresa en auto a un congreso de jóvenes que se realizaba en la ciudad de Greccio, distante a casi 100 kilómetros de la ciudad de Roma.

El Pontífice llegó en la Ford Focus después de las 14 horas, para ´una oración personal´, habló con los jóvenes entre 18 y 30 años presentes para el congreso y después visitó el santuario.

Delante de la gruta donde San Francisco de Asís oró en la Navidad del año 1223, el Papa tuvo que esperar unos instantes hasta que la abrieron. Allí se quedó en oración, junto a los frailes.

"Agradezco al Señor por esta alegría y le pido que bendiga a la Iglesia, al obispo de Rieti, a los frailes, a los fieles, y nos ayude a todos a descubrir la estrella y a buscar al Niño. Francisco", escribió el Papa en el libro de honor del santuario franciscano.

Domenico Pompili, nuevo obispo de Rieti había invitado al Papa al santuario, pero no sabía que les iba a visitar hasta poco antes. Allí el Santo Padre almorzó con el obispo.

Al encontrar a los jóvenes les habló ´de la estrella y del Niño´ porque cuando falta la estrella no hay esperanza. Y al hablar sobre el Niño indicó la necesidad de recordarse de las periferias.

En la ciudad de Greccio, San Francisco de Asís tuvo la inspiración y mandó a realizar el primer pesebre de la historia.

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