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Cantonalismo

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 27
 

“El Ángel del Señor dijo a Felipe: «Levántate y ve hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza: es un camino desierto».  Él se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén y se volvía, sentado en su carruaje, leyendo al profeta Isaías.  El Espíritu Santo dijo a Felipe: «Acércate y camina junto a su carro».  Felipe se acercó y, al oír que leía al profeta Isaías, le preguntó: «¿Comprendes lo que estás leyendo?». El respondió: «¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?». Entonces le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él.  El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente: "Como oveja fue llevado al matadero; y como cordero que no se queja ante el que lo esquila, así él no abrió la boca. En su humillación, le fue negada la justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, ya que su vida es arrancada de la tierra?" El etíope preguntó a Felipe: «Dime, por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de algún otro?». Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús. Siguiendo su camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el etíope dijo: «Aquí hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?». [Felipe dijo: «Si crees de todo corazón, es posible». «Creo, afirmó, que Jesucristo es el Hijo de Dios».] Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor, arrebató a Felipe, y el etíope no lo vio más, pero seguía gozoso su camino. Felipe se encontró en Azoto, y en todas las ciudades por donde pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a Cesarea.” (Hechos de los Apóstoles 8,26-40).
 

Nunca Jesús de Nazaret fue racista ni xenófobo. La Iglesia naciente como se observa en el texto adjunto tampoco admitió fórmulas supremacistas en sus inicios pastorales por las tierras de Israel. Ni siquiera en los años duros de la persecución de los judíos a manos del régimen hitleriano se puede encontrar un solo texto escrito que justifique el holocausto al que se sometió a millones de seres humanos inocentes. Al contrario, desde el Papa Pío XII hasta el último sacerdote o laico se fomentó la salvación de toda vida humana, con acciones clandestinas más propias de una resistencia activa no violenta evitando el derramar sangre de inocentes. La Iglesia siempre ha sido Católica o Universal.
 

Durante estos días estamos asistiendo a una presentación racista, por escrito, contra los españoles por el mero hecho de hablar la lengua cervantina y vivir por debajo del río Ebro. La descalificación de la persona protagonista es evidente por sus palabras y promesas. El silencio en la sociedad española es palpable buscando la paz, la tolerancia y la convivencia entre todos. Nadie desea volver al cantonalismo decimonónico.
 

Sin embargo, las redes sociales, lugar donde se encuentran las ofensas escritas de contenido xenófobo, arden por los cuatro costados, donde la gente vomita sapos y culebras contra el autor de semejantes sandeces y faltas de educación y respeto. Ahora mismo desconocemos el camino futuro de este advenedizo al teatro de títeres existente en el noreste de España, pero el horizonte no es muy halagüeño, salvo que todo quede en bravatas de una persona necesitada de asistencia médica. Personalmente no ceso de rezar al Señor por la paz y la convivencia en nuestra España. Ruego al amable lector haga igual.
 

Tomás de la Torre Lendínez

 

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